La Real Balompédica Linense ha experimentado en las seis últimas jornadas una mejora incontestable. Después de perder el once de septiembre en el Polideportivo San Rafael de Los Barrios a manos del Villanovense (0-2), el equipo de La Línea ocupaba la penúltima plaza de la clasificación del grupo IV de Segunda B. Desde entonces ha sumado diez puntos, lo que le convierte en el sexto mejor equipo de las seis últimas entregas de la competición, el único que se mantiene invicto en ese periodo y... uno de los menos batidos no ya del grupo, sino de toda la categoría.

Presuntos implicados cantaba aquello de Cómo hemos cambiado en el arranque de la década de los noventa. Un título perfectamente aplicable a la marcha de la Real Balompédica en la presente andadura, tomando como punto de inflexión la cuarta jornada.

El diecinueve de septiembre los balonos perdían 0-2 a manos del Villanovense y hasta la continuidad de Manolo Ruiz en el banquillo parecía estar, por primera vez desde su llegada en diciembre del pasado año, en tela de juicio. La Balompédica estaba afincada en la penúltima plaza de la clasificación con sólo tres puntos. Sus nueve goles en contra (cinco de ellos de la primera jornada en Jaén) le situaban como el más vulnerable del grupo y de casi toda la categoría de bronce.

En aquel momento el técnico jerezano decidió tomar decisiones que han resultado significativas. La más relevante, o eso ha demostrado el devenir de la competición, fue dar entrada como pivote defensivo al jerezano Alfonso Castillo, hasta entonces inédito. El mediocentro ha jugado seis encuentros. En ninguno de ellos la Balompédica ha sido derrotada. Es más, es el único equipo de la competición que no ha conocido la derrota en ese periodo de la misma. ¿Casualidad? Todo parece indicar que no.

De aquel penúltimo clasificado de hace poco más de un mes ya casi no queda nada. En las seis últimas jornadas la Balona es sexta con diez puntos, sólo por detrás de Marbella (15), Cartagena (13), Lorca (13), Villanovense (11) y Jumilla (11). Eso quiere decir que la centenaria escuadra linense ha pasado de sumar 0,75 puntos por duelo a conquistar 1,66. Casi el doble.

Con todo, el apartado en el que más se ha dejado sentir la mejora es el defensivo. Por un lado, nadie duda de la progresión de los defensas centrales, Joe y Olmo, que atraviesan un envidiable estado de forma y de lo que supone el desembarco, poco a poco, de Carlos Selfa. Por otro -aunque esté pasando más desapercibido- el guardavallas Óscar Santiago, que apenas hizo pretemporada, se va asentando en el marco y en las tres últimas jornadas sus manos salvadoras en momentos determinantes se han dejado sentir.

Con todo, lo más subrayable es la reordenación del juego, con la pareja Ismael Chico-Alfonso Castillo por delante de la defensa, lo que ha dotado al equipo de una estabilidad de la que carecía.

Los números no engañan. La Balompédica ha dejado de ser el equipo que peor defendía del grupo a ser el tercero en las seis últimas jornadas, con cuatro dianas. Ha pasado de encajar 2,25 goles por encuentro a recibir sólo 0,67. En ese último mes y medio sólo Jumilla y el próximo visitante del Municipal, El Ejido 2012, han presentado mejor balance en este apartado (tres dianas en contra).

La diferencia de goles también pone en valor el trabajo que vienen realizando los de La Línea. Durante este periodo triunfal (dos victorias y cuatro empates) acreditan +4 (8-4). Únicamente el Cartagena (+5) consigue mejor balance goles a favor-goles en contra.

La Balompédica afronta ahora una semana muy importante con tres encuentros en los que puede acabar de definir sus objetivos en la presente andadura.