El Comité Nacional de Árbitros ha designado para el Marbella-Balona del próximo domingo (17:00) al colegiado granadino Antonio Artacho Cobo, el mismo que el 26 de enero de 2014 dirigió un Balompédica-Córdoba B (1-2) en el Municipal y cuyas decisiones derivaron en un gravísimo incidente de orden público que acabó por costarle a la entidad de La Línea seis mil euros en multas y un apercibimiento de cierre. Como consecuencia de aquellos acontecimientos ocho aficionados albinegros fueron multados con entre 4.500 y 6.000 euros por la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racimos y la Intolerancia en el Deporte (vulgo Comisión Antiviolencia) amén de no poder acceder a recintos deportivos. Uno de ellos recibió, además, una condena de 18 meses de cárcel por un enfrentamiento con un Policía Nacional.

En aquel encuentro Artacho Cobo [al que el presidente balono, Alfredo Gallardo, pidió más tarde de manera pública que le fuese realizado un test de alcoholemia] tomó decisiones determinantes que derivaron en la derrota de la Balona a manos del filial cordobesista, provocando la iracunda reacción de la hinchada local.

"La Balona sufre una emboscada" tituló este periódico, que añadiía en relación a las decisiones del trencilla: "Su labor tuvo tintes canallescos y la de sus auxiliares, grotesca. Ignoró un claro penalti a Samu y permitió que se sacase de forma irregular la inexistente falta que dio origen al 1-2", que llegó en tiempo añadido.

Un día después del choque, el árbitro hizo público el acta que no pudo redactar en el estadio por problemas en la conexión de internet y en ella se cebó con la entidad, su afición y el capitán Ismael Chico, al que acusaba de insultarle repetidamente una vez fue expulsado en el minuto 91.

El colegiado -que abandonó el estadio a bordo de un furgón policial para evitar las iras del centenar largo de personas que se agolpaba en la zona cercana a la salida de vestuarios- explicó en el espacio reservado para incidencias: "Una vez terminado el partido, un grupo de unos treinta aficionados, los cuales pude identificar de forma inequívoca como seguidores del club Real Balompédica Linense ya que algunos de ellos portaban la simbología de dicho club en su indumentaria, saltaron al terreno de juego, desde la grada de tribuna principalmente, y corrieron hacia nosotros con una clara actitud agresiva, no llegando a alcanzarnos gracias a la total colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, que tuvo que intervenir".

En el siguiente punto, relató: "Cuando nos disponíamos a entrar a vestuarios, desde la grada, cerca del acceso a los mismo, varios aficionados, los cuales pude identificar de forma inequívoca como seguidores del club Real Balompédica Linense ya que algunos de ellos portaban la simbología de dicho club en su indumentaria, lanzaron diversos objetos, tales como latas que contenían refresco, con la intención de alcanzarnos, sin conseguirlo".

Y continuó en el apartado reservado a "otras observaciones": "Finalizado el partido, en el túnel de vestuarios, varias personas que según me comunicó el delegado de campo eran directivos del club Real Balompédica, sin querer identificarlos, se dirigieron a mí en los siguientes términos: Eres un hijo de puta, un sinvergüenza, no vas a poder volver a andar tranquilo por la calle. A ver como sales de aquí".

El árbitro granadino explicó que al abandonar el Municipal "se encontraba un grupo grande de aficionados del club Real Balompédica en actitud amenazante que llegaron a lanzarnos algunos objetos, sin alcanzarnos",

Por último, el árbitro narró así lo sucedido tras la expulsión por doble amonestación del capitán balono Ismael Flores Palomino [Ismael Chico], que se produjo nada más anotar el conjunto visitante el gol que le daría la victoria: "Tras ser expulsado, en el terreno de juego, el dorsal número seis, Ismael Flores Palomino, vino hacia mí en actitud amenazante, haciendo aspavientos y dirigiéndose a mí a viva voz en los siguientes términos: ¿Como tienes cojones a expulsarme? No me voy de aquí porque no me sale de los cojones. Eres un hijo de puta, te vas a enterar. Teniendo que ser sujetado por varios de sus compañeros, que consiguieron convencerlo para que abandonara el terreno de juego".

El Comité tuvo en cuenta las alegaciones de la Balona y no clausuró el Municipal, pero impuso una sanción de cinco partidos al capitán.

La Balona expresó ayer su "indignación" por esta designación del Comité.