Cuando pierdes un Clásico no te queda más remedio que agachar la cabeza y aguantar el chaparrón durante unos días. Si eres un aficionado estás expuesto a las chanzas del vecino, con el que en algunos casos incluso puedes compartir amistad o trabajo. Si eres futbolista o entrenador y estás en el bando perdedor, no queda otra que pasar página lo antes posible y armarse de ganas para levantar a la grada del disgusto con un triunfo. Así es el día después de un duelo de rivalidad entre Balona y Algeciras, Algeciras y Balona. Y así tiene que ser.

El algecirismo digiere con bastante normalidad la derrota del pasado domingo en el Municipal de La Línea. Un revés por la mínima y sin mayores efectos secundarios en la clasificación. Si bien es verdad que nadie quiere sucumbir en un choque de estas dimensiones. Seguramente la adrenalina de la victoria de hace dos semanas ante el Cádiz en el Mirador mantiene un efecto sedante que ayuda a llevar el tropiezo ante el eterno rival.

La hinchada algecirista, en la misma tónica del entrenador, Baldomero Hermoso Mere, y el vestuario, quiere dar carpetazo al capítulo y volver a centrarse en el campeonato, en el partido de alto rango que se avecina ante el Sevilla Atlético (domingo, 17:00 horas) y en la tacada de puntos que aún falta para asegurar la permanencia en la división de bronce.

El Algeciras CF se mantiene afincado en la zona templada del grupo IV -es décimo con 31 puntos- pero ha visto reducido su colchón a cuatro puntos sobre el puesto de promoción y a seis sobre el descenso. Los conjuntos de la zona baja comienzan a dar bocados y el pelotón que se bate por la salvación lima diferencias, a excepción quizás de los filiales de Almería y Betis, que no terminan de despegar. Y ojo porque en dos jornadas el Algeciras visitará el feudo almeriense. El ejemplo más gráfico de la igualdad es el cuádruple empate a 27 puntos entre Balona, Linares, San Roque de Lepe y Villanovense. No hay tregua para escapar de las llamas del infierno.

Los albirrojos no estuvieron al nivel esperado en el Clásico. Lo admitieron Mere y los propios futbolistas. Zanjado ese debate, el algecirismo en bloque mira al frente para lo que viene, que es mucho e importante. Empezando por el duelo ante el Sevilla Atlético, el filial revelación de la temporada, un auténtico equipazo de talentos que ya demostró cómo se las gasta en el partido de la primera vuelta en el Viejo Nervión, donde los de Mere jugaron 80 minutos de mucha calidad pero acabaron derrotados en el descuento por obra y gracia del gigante Carlos Fernández.

El tropiezo en La Línea, además, sirve para rebajar la euforia en algunos sectores de la grada que ya veían el trabajo hecho, cuando en realidad resta un cuarto de los puntos, el más difícil de conseguir. Si de algo sirvió el trágico desenlace de hace dos temporadas es que el Algeciras está más que concienciado en que no se puede relajar hasta que no alcance 45-46 puntos, una cifra que garantiza el salvavidas.

El Clásico ya es historia esta temporada. Una entrega para cada uno... y ahora un objetivo por culminar.