La directiva de la Real Balompédica Linense se reunió ayer con carácter de urgencia nada más finalizar el encuentro en el que el conjunto albinegro cayó a manos del Sevilla Atlético (0-3) en el Municipal y si no tomó la medida de destituir al entrenador, Rafa Escobar, fue porque el presidente, Alfredo Gallardo, impuso su criterio de concederle un encuentro más (el del próximo domingo 11:30 en Almería ante el filial rojiblanco) una decisión que esconde el deseo del máximo responsable del club de que el míster albinegro, después de su largo periplo en la entidad, pueda disfrutar, al menos, del primero de los duelos coperos con el Athletic Club.

La tensión nada más finalizar el encuentro se podía cortar con un cuchillo en la antesala de vestuarios. El partido copero del próximo jueves sirvió de coartada al presidente para no tomar una medida que no sólo le sugirieron algunos de sus más directos colaboradores, sino también aficionados muy cercanos a la entidad y de manera insistente. El argumento que emplean todos es que el vestuario precisa de un cambio de rumbo.

Con todo, el presidente no se quedó de manos cruzadas. Exigió que al entrenamiento matinal de hoy (que ya había sido anunciado por el técnico durante la semana) se sume uno con horario vespertino (que comenzará a las 17:00). Los albinegros, como por otro lado se antoja lógico, no disfrutarán de jornada de descanso en toda la semana, pero lo que no queda claro es hasta qué punto eso estaba ya en el libro de ruta o fue una decisión tomada, por el cuerpo técnico o por la directiva, a la vista del marcador de ayer.

De esta forma y con independencia de cómo se resuelva el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del próximo jueves, lo que se avecina es un ultimátum en toda regla al entrenador para el próximo compromiso liguero. Y ojo que Gallardo ya anunció en estas páginas que si "cuando suene la zambomba" la Balompédica se mantiene en los puestos bajos de la clasificación habrá cambios en la plantilla.