Algeciras club de fútbol | fase de ascenso a segunda división b

Palabra de héroe

  • Batista, autor del gol de penalti que dio el primer ascenso al Algeciras en el Nuevo Mirador hace ahora 15 años, confía en el triunfo de su exequipo el domingo y pide el apoyo de la afición

El próximo domingo el Nuevo Mirador luchará por vivir un nuevo ascenso de categoría, quince años después del primero que tuvo lugar en los muros del actual templo algecirista. Fue el ascenso del penalti de Batista, ese delantero nacido para hacer gol, que asumió la responsabilidad ante el Maracena de lanzar un penalti en el último minuto que era el todo o el nada. No falló entonces el jugador canario y tampoco falla quince años después cuando le suena el teléfono desde la ciudad en la que aún es un ídolo. Habla del Algeciras Club de Fútbol como si todavía jugase en él, le desea "toda la suerte" para el decisivo encuentro ante la Arandina, pide a la afición que apoye como entonces a los suyos y a los jugadores les aconseja "jugar con la cabeza y no con el corazón".

José Luis Batista Espino (Arguineguín, Las Palmas) sigue marcando goles a sus 42 años, en la Preferente. No pierde ese instinto pocas veces antes visto en el Algeciras, donde superó la treintena de goles en la temporada 1999/2000. De todos esos tantos, no se le olvida el que aquella tarde de un 26 de junio de 2000, del que falta justo un mes para cumplirse 15 años. "Lo recuerdo como si fuese ayer", dice el canario.

Su perfil de Facebook está encabezado con la celebración de uno de sus goles como algeciristas. "Recuerdo bastante bien aquel partido. Hasta el final estábamos fuera del ascenso directo. Llegó ese penalti que tuvimos que tirar, que lo tuve que tirar yo. Recuedo hsta la convesación que tuve con Manolo Sotil, que me preguntó si lo iba a lanzar yo y le dije: 'Si llevo toda la temporada tirándolo por qué no lo voy a tirar ahora'. Estaba tranquilo, sabía que el ascenso estaba en mis pies y le pegué con todas las ganas del mundo y con el corazón", describió Batista ese momento que, entonces tras el partido, dijo que las sensaciones eran indescriptibles. "Había 6.000 personas en las gradas, y en esa jugada estaba todo un año de trabajo, el poco tiempo que quedaba... pero cogí la responsabilidad, la asumí, salió bien y satisfecho por haber vivido aquello", relata aquel histórico final de una liguilla dura ante Torpedo 66, Don Bonito y Maracena, que supo cuánto de largo es un partido de liguilla en el Nuevo Mirador de Algeciras.

Quince años después, en el mismo escenario, el Algeciras Club de Fútbol vuelve a pelear por subir a Segunda división B, como entonces. Y, como entonces, no le vale empatar, sólo un triunfo. La experiencia le otorga a Batista, como otros muchos jugadores de la centenaria historia algecirista y también del actual equipo, una sabia voz a la hora de hablar de este tipo de encuentros. "Por lo que yo he vivido, lo importante es estar lo más tranquilo posible, es difícil pero hay que estarlo y estar fuerte mentalmente. Hay que jugar más con la cabeza que con el corazón porque el corazón te puede traicioanr en esos momentos", asegura.

"Los jugadores tienen que estar tranquilos, un partido son noventa minutos y en cualquier momento puede llegar un gol. El Algeciras tiene que salir a jugar su partido, por lo que he visto es un equipo que juega bastante bien, que es fuerte en casa. Quedar cero-cero en el campo rival te obliga a marcar un gol pero el Algeciras está capacitado, tiene buenos jugadores y van a sacar la eliminatoria para adelante", asegura convencido el héroe del ascenso del 2000.

La tranquilidad, la concentración, cabeza y "no relajarse nunca" son las claves que da Batista, al que nunca le tembló el pulso a la hora de afrontar ese delicado momento con el gol y que hoy tiene en el delantero Joselu, con veinte goles, un compañero de Olimpo de los mejores goleadores del Algeciras.

"Le deseo toda la suerte del mundo, pido a la afición que le apoye en el partido y que ojalá al final se consiga ese ansiado ascenso porque un equipo como el Algeciras tiene que estar siempre en Segunda división B como mínimo, por afición, por la ciudad. Seguro que el equipo y la afición van a llevar al equipo donde se merece", pone Batista así el epílogo, como con tranquilidad y eficacia, como aquel que puso al ascenso del 2000, con ese ya inmortal penalti.

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