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Cuando el reglamento es una burla

  • El Almería B empieza la liguilla a pesar de no poder ascender a Segunda

El descenso de la Unión Deportiva Almería a la Segunda división, consumado el pasado sábado en la última jornada de la Liga BBVA, ha puesto de manifiesto, una vez más, el problema legal que suscita la presencia de equipos filiales en las competiciones de Primera, Segunda y Segunda B. El conjunto 'B' de los albirrojos comenzó a disputar la liguilla el domingo -es decir cuando ya había descendido el 'A'- a sabiendas de que, en último extremo, tendrá que renunciar al ascenso. Un auténico disparate legal, que se podría haber evitado. Los perjudicados, en este caso, el Granada B y la Real Balompédica Linense.

El desenlace de la Liga en Primera ha supuesto un desafío a la lógica para el grupo IV de Segunda B. Como este periódico explicó en su día, los filiales pueden jugar por el ascenso siempre y cuando el equipo 'A' no esté matemáticamente descendido, cosa que no había sucedido tras la penúltima jornada. Un factor fácilmente solucionable. Bastaría con que todas las competiciones terminasen a la vez y que la suerte de los conjuntos nodrizas estuviese legalmente certificada cuando llegasen los sorteos.

Lo cierto es que en la última jornada Balona y Granada B firmaron tablas en el Municipal en un partido que se desnaturalizó tras el primer cuarto de hora al conocer los protagonistas que el Villanovense le había endosado los dos primeros goles al Betis B, con lo que las aspiraciones de linenses y nazaríes de alcanzar la cuarta plaza habían quedado reducidas a cero. ¿Qué hubiese sucedido si los dos hubiesen tenido opciones de alcanzarla? Eso jamás se sabrá, pero sí que ambos se quedaron fuera en beneficio de un Almería B que ahora se está enfrentando al Guadalajara, pero que no puede ascendero.

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