Una vez finalizados los primeros noventa minutos de la final de 180 que disputan Arandina CF y Algeciras CF, todos los que defienden el bando de rojo y blanco coincidían ayer en la lectura de que el equipo algecireño había dejado escapar una buena oportunidad para dejar muy a favor la eliminatoria pero, sobre todo, la importancia que debe tener el Nuevo Mirador el próximo domingo. Un estadio que no conoce el fracaso en las fases de ascenso, ya sea a Segunda división B o a Segunda A. Cuando se juega por promocionar, no falla. Por eso, jugadores, directivos, técnicos y aficionados que viajaron a tierras castellanoleonesas claman por un nuevo lleno y que la afición albirroja haga, como tantas veces, el primer gol.

Desde ya, el club y la afición están jugando la vuelta. La junta directiva cambió la hora de las 18:00 a las 17:00. Quiere jugar con todos los elementos, también el calor. En Aranda de Duero, el Algeciras jugó con frío además de viento y en la grada había abrigos. El Nuevo Mirador será una caldera el domingo, 31 de mayo, a las cinco de la tarde. Las peñas también empiezan a moverse, la venta anticipada está en marcha. Como hace dos años, el ascenso es una cuestión de estado algecireño.

El último ascenso, el del Tropezón, es también el último ejemplo. Una afición excitada, entregada a una causa que hizo suya, con un recibimiento espectacular a los suyos y presionando al contrario desde los primeros instantes. Todos reconocieron entonces que ese ambiente fue clave para una goleada que certificó una remontada de bronce.

La leyenda del Nuevo Mirador y los ascensos, una leyenda con fundamento histórico, comenzó en la 1999/2000, cuando el Algeciras se enfrentó al Maracena tras haber sido campeón de la mano del recordado Quico Álvarez. Batista, con su tanto de penalti en la recta final, dio el ascenso a los albirrojos en su nuevo estadio, tomando el testigo de ese viejo Mirador que dos temporadas antes había vivido el mítico partido del Hellín. Hubo que esperar hasta la 2002/2003 para volver a repetir algo parecido pero mereció la pena esa espera, puesto que el Algeciras logró el mayor logro desde que se mudó a La Menacha. Fue el ascenso a Segunda A del también tristemente fallecido José Luis Montes, un equipo defensivamente perfecto que con un empate a cero ante los cachorros del Athletic certificaron la vuelta a la categoría de plata. Llegaría más tarde, en la 2006/2007 el ascenso ante el Toledo, con el pase de Mario y el gol de Curro; y más reciente está el del Tropezón en la 12-13. Cuatro ascensos en cuatro liguillas.

El entrenador de la Arandina CF, Javier Bermúdez, despreció el factor ambiental en Algeciras. Dijo que las 8.000 personas que pueda meter el equipo algecireño no va a afectar en el terreno de juego y que las estadísticas están para romperlas. Los algeciristas quieren demostrar que está equivocado y preparan ya la batalla definitiva.