Cuarto empate consecutivo, que no es malo, pero tampoco precisamente bueno. Más bien se sabrá lo que es dentro de 21 días, cuando caiga el telón liguero. La Balona firmó tablas en La Victoria, un marcador que de forma aislada puede antojarse aceptable para un equipo, el de La Línea, que sobrevive de manera misteriosa a sus limitaciones y adversidades, pero después de sumar cuatro puntos de doce posibles afronta las tres últimas jornadas en la sexta plaza. O lo que es lo mismo, como consecuencia de esa racha ya no depende de sí misma para escalar al sueño de estar otra vez en una fase de ascenso a la Liga Adelante.

A los de Rafa Escobar les faltó, sobre todo en la segunda parte, el instinto asesino que se le viene echando en falta últimamente y lo mismo que tuvo a su alcance la victoria a cinco del final en una contra conducida por José Ramón, también se salvó en tablas en el tiempo añadido, en una última doble oportunidad de los del Santo Reino en la que tuvo mucho que ver una de las salidas desafortunadas que Lolo Soler protagonizó a lo largo de la tarde. Vaya que el marcador puede dar rabia, pero injusto, lo que se dice injusto, no es que fuese.

Jaén y Balona se cruzaron en el valle del miedo. Los dos sabían que la derrota era letal (mucho más para los de casa) y jugaron a no perder y a esperar el golpe de suerte que les acercase a su objetivo. A la Balompédica le pudo el escudo de un rival, que tiene mucho más cartel que realidad y por eso está donde está. Por eso queda la impronta de que dejó escapar vivo al rival y lo que es peor, la oportunidad de dar un golope definitivo sobre la mesa. Al Jaén le basta su miedo para atenazarle. En ese caldo de cultivo el empate sin goles era una posibilidad más que cierta.

Después de veinte minutos de tanteo, el conjunto de La Línea fue el que dio el paso adelante. No es que se la jugase, pero sí tuvo más fútbol, más criterio. Lo que tampoco era muy difícil, porque hasta entonces el balón no duraba en el mismo bando ni un pestañeo. El miedo había tornado en precipitación.

Ese ajustarse un poco de la Balona propició una de las jugadas claves de la tarde. Corría el minuto 25. Ismael Chico lanzó desde la frontal del área, el meta De la Calzada interceptó mal y Fall marcó. El árbitro, a instancias de un auxiliar, decretó fuera de juego y anuló el tanto. Las imágenes de televisión no dan para decir con rotundidad que no existía situación irregular, pero sí para tener el convencimiento de que Astrain deshacía la posición ilegal del senegalés cuando el capitán albinegro le pegó desde la frontera de la zona de máximo castigo.

De ahí al descanso -otra vez entre bostezos y precipitaciones- lo más parecido a ocasiones, fueron para los de casa. Primero Carlos Guerra interceptó un disparo malintencionado de Sutil. Y casi al final Fede devolvió a Lolo Soler una gentileza tras un centro lateral.

En la segunda parte al Jaén se le notaron las prisas. Las angustias propias de los que están viendo desaparecer todas sus opciones. De los que siente el fuego. El equipo de la capital del Santo Reino se fue arriba y eso parecía abrir la puerta a la contra por la que suspiraba la Balona, pero que nunca cuajó.

Al poco de comenzar Olmo se resbaló en el área y el balón acabó impactando en su brazo, pero la acción, aunque propició las protestas del público y del banquillo, era claramente involuntaria. Más adelante insistieron en una caída de Sergio Molina cuando se cruzó precisamente con Olmo, que el árbitro, certero, resolvió con amarilla al atacante por fingir el derribo.

Los albinegros (ayer de verde) que han mejorado y mucho su apartado defensivo, echan en falta al lesionado Ximo Forner y les cuesta Dios y ayuda conducir el esférico hacia el otro lado del campo con un mínimo de intención. Ni la entrada de Canario -que ayer era sólo medio Canario por culpa de su lesión- y de Copi -que ayer fue otra vez medio Copi, por culpa... bueno, fue medio Copi- hicieron al equipo levantar cabeza.

Pero primero Canario, que se precipitó y sobre todo José Ramón en el 85' pudieron cambiar la suerte. El 'ocho' balono arrebató el esférico a Óscar Quesada cuando el Jaén se había echado arriba en busca de un milagro. Condujo con espacios, pero se le hizo de noche. Ni lanzó ni envió a Copi. Y la posibilidad de que la Balona ganase se disipó.

Los visitantes habían perdonado y estuvieron a punto de pagarlo carísimo. En el 93' centró Nando, otra vez falló Lolo Soler pero Álvaro Montero (el que marcó los dos goles en La Línea en la primera vuelta) más que rematar puso la cabeza. El balón acabó por llegar al borde del área, donde Quesada soltó un chupinazo que Manu Martínez desvió cuando el cancerbero balono ya estaba batido. Apenas salió del área el esférico, el árbitro decretó el final.

Unos y otros dejaron el césped con caras largas. Los blancos, porque saben que ayer cayó definitivamente la guillotina. Los de La Línea porque no pueden festejar un resultado que les aleja un poco de la tierra prometida.

Árbitro: Saúl Ais Reig, de Alcoy (Alicante) . Anuló, a instancias de un auxiliar, un gol a Fall (24') que daba la impresión de estar en situación reglamentaria. Los locales solicitaron dos penas máximas en la segunda mitad, ambas inexistentes. Actuó con aplomo y dirigió bien el juego.

tarjetas: Amarillas al local Álex Cruz (63') y Sergio Molina (75') y al visitante Ismael Chico (57').

incidencias: Encuentro de la trigésimo quinta jornada de Liga en el grupo IV de la Segunda división B, disputado en el Nuevo La Victoria de Jaén ante unos 2.500 espectadores, lo que supone que no asistieron unos 2.000 abonados. Mucho viento. Antes del comienzo del choque el defensa Nando recibió un reconocimiento por su centenar de partidos con el primer equipo del Real Jaén. El saque de honor lo efectuaron integrantes del Unicaja Jaén de atletismo. El choque fue ofrecido en directo por Andalucía Televisión.