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La mejor defensa es un buen.... Ximo Forner

  • Desde que el castellonense juega en el doble pivote la Balona ha encajado 0,5 goles por partido, cuando su media hasta la jornada 27 era de 1,7 El futbolista, cuyo regreso fue discutido por afición y medios, ha callado bocas desde el trabajo y una implicación ejemplar

La Real Balompédica ha encontrado el antídoto para la fragilidad defensiva que tanto le estaba penalizando y, con ello, ha recuperado una plaza entre los cuatro primeros clasificados del grupo IV de la Segunda división B, lo que le convierte, a siete jornadas del final de la competición regular, en firme candidato a disputar la fase de ascenso a la Liga Adelante. La estadística demuestra que el desembarco de Ximo Forner en el once inicial de Rafa Escobar ha sido clave para que un equipo que sufría en el apartado defensivo hasta límites insospechados haya encontrado en el castellonense el contrapeso que precisaba.

La estadística no deja lugar a dudas. Los albinegros habían encajado hasta la jornada 27 la friolera de 47 goles (1,740 por partido). En los últimos cuatro compromisos, además de dejar dos veces la portería a cero, sólo han recibido dos dianas (0,5) y eso que se han sucedido las lesiones y sanciones el centro de su retaguardia, lo que ha obligado al preparador a restañarlo casi cada semana. Hasta el punto de que por él han pasado media docena de futbolistas en apenas un mes.

Lo que ha acabado con la debilidad defensiva albinegra no es un cambio táctico radical. Más bien el hecho diferencial tiene nombre y apellido. En las cuatro últimas jornadas Ximo Forner ha jugado como medio centro titular junto al capitán Ismael Chico y la Balompédica ha recuperado la estabilidad que en la andadura 2011-12, entonces con la dupla Ismael Chico-Alberto Merino, le llevó a disputar dos eliminatorias de la fase de ascenso a la Liga Adelante.

Equilibrio. Ésa es la palabra clave. Durante 27 semanas la Balompédica fue un equipo desajustado. Las estadísticas [y la opinión pública y de la prensa] señalaba directamente a la defensa. Un equipo que recibía casi dos goles por partido y que con relativa frecuencia (El Palo, Melilla, Almería...) era goleado tenía muy difícil acabar en una de las cuatro primeras plazas.

Tras la polémica derrota en el Municipal a manos de El Palo (3-4) Rafa Escobar tomó una medida drástica. Colocó a Ximo Forner en el doble pivote en detrimento de un Abdoulaye Fall que en el partido con los de la barriada malagueña había llevado su anarquía al paroxismo.

Ximo Forner regresó tres años después a la Balona en el mercado de invierno en medio de un runrún de críticas por parte de quienes entendían que había existido un cierto favoritismo por parte de la directiva, que había apuntalado una demarcación ya poblada en vez de la defensa, que era, en su opinión, la más necesitada.

Al castellonense le ha bastado un mes en su puesto natural para, sin levantar la voz, acallar las críticas. El tiempo que ha necesitado para demostrar que es un jugador mucho más completo que cuando dejó ese vestuario. A su indiscutible calidad suma ahora un mayor conocimiento del juego.

La Balona pierde ahora mucho menos el balón en situaciones de salida hacia el marco contrario y cuando lo hace comienza la acción defensiva desde una posición mucho más abrochada, menos vulnerable.

La consecuencia directa es que los rivales no llegan con tanta ventaja a la línea de definición, la defensa sufre menos y, las estadísticas lo demuestran, encaja un gol menos por partido.

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