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Viaje al futuro

  • El debut de Chico Rubio y el primer tanto de Labra en competición, los únicos aspectos positivos de la abultada derrota de la Balompédica en Melilla

José Antonio Rubio [Chico Rubio] y Juan Manuel Labrador [Labra] encarnan lo poquísimo bueno que dejó tras de sí la abultada derrota que la Balompédica encajó el pasado domingo en el Álvarez Claro de Melilla (5-1). El primero lo recordará el encuentro como el de su soñado debut en Segunda división B. El delantero, como el de su primer gol con la camisola de la Real Balompédica. Fueron los únicos que volvieron de tierras norteafricanas sin la sensación de que era un día para olvidar. Uno y otros, forjados en la siempre fructífera cantera del Atlético Zabal,forman parte de esa generación en la que la Balompédica viene trabajando desde hace años y en la que tiene puestas buena parte de sus ilusiones de cara al futuro.

Labra se reivindió como el delantero que debe completar la plantilla con un tanto en Melilla en el que demostró enorme frialdad ante el marco, después de hacerse con un balón dividido que ganó Copi. Esa de que no le temblase el pulso cuando se encuentra delante del marco ha sido siempre ha sido su mayor virtud. Tiene el gol entre ceja y ceja.

"No le dediqué el gol a nadie porque no sabía ni qué hacer", reconoce el futbolista. "Llevaba tanto tiempo esperando este momento que no podía pensar en nada".

"La pena es que el gol no sirvió de mucho, porque ahí está el resultado", lamento. "En fin, nos salió un partido malo, que le pasa a todos los equipos y lo que hay que hacer ahora es mirar al futuro".

Labra se muestra respetuoso con la gestión de sus minutos en el césped que está llevando a cabo el entrenador, Rafa Escobar. "No soy quien para decir si soy el jugador que necesita la Balona, sólo sé que estoy trabajando todo lo que puedo, pero la decisión de cuándo debo jugar le corresponde al míster".

Chico Rubio, por su parte, también se forjó en los escalafones inferiores del Atlético Zabal, al que perteneció durante ocho años, pero después defendió los intereses del Betis en la Liga Nacional Juvenil, pero dejó Heliópolis para regrsar a casa y, previo paso por el Balón, unirse a la Balompédica, en cuyo juvenil apenas duró unos partidos y de cuyo filial dio pronto el pase para empezar a entrenarse a las órdenes de Rafa Escobar. Después de participar en varios amistosos, el domingo le llegó su hora.

El centrocampista, sobrino de una persona tan conocida en el entorno balono como Gregorio Álvarez Gory, asegura que a pesar de haber gozado de sus primeros minutos en la categoría de bronce sigue sintiéndose "un futbolista del filial al que le queda mucho camino por recorrer".

"Estoy contentísimo de haber podido debutar, aunque uno nunca quiere que su primer partido acaba con un marcador de cinco-uno en contra", reconoce.

"La verdad es que cuanto entré ya estábamos tres-uno y nada más saltar al campo encajamos el cuarto gol, pero me quedo es que he debutado por fin con la Balona, que es algo por lo que he estado trabajando mucho, y que lo he hecho con dieciocho años y siendo aún juvenil", recalca.

"No es fácil llegar a jugar en la Balona y además en los puestos en los que yo me muevo hay gente con mucha calidad como Juampe, Canario, Óscar Martín", subraya. "Soy consciente de eso y voy a entrenarme cada día con muchísimas ganas, porque es muy bonito jugar en Segunda B y merece la pena".

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