Los propietarios del FC Cartagena, Javier Marco y Javier Martínez, dejaron ayer muy claro en rueda de prensa que el conjunto murciano contratará en un plazo muy breve de tiempo a un entrenador, después de que la Federación Española inhabilitase el pasado martes por un periodo de tres meses a Simón Ruiz, que venía desempeñando esas funciones desde la segunda jornada, y al uruguayo Julio César Ribas, que había comenzado la temporada en el cargo.

Lo que también es evidente es que en el duelo de mañana con la Real Balompédica la dirección de los de casa recaerá en Miguel Cuesta (preparador físico) y Domingo Cáceres, que hasta ahora venía desempeñando funciones de segundo entrenador y que desde el miércoles son los que supervisan las sesiones preparatorias.

"Mientras llega un nuevo entrenador, el cuerpo técnico estará al mando", dijo con rotundidad Marco, quien se quejó: "Siempre estamos con lo mismo. Volvamos a repetirlo: Julio César Ribas no es el entrenador del FC Cartagena, él trasciende esa figura y tiene poder deportivo. Si Sofinvest [empresa que respalda la entidad deportiva] está en Cartagena es gracias a Ribas".

La interminable rueda de prensa de ayer también sirvió para que, a la espera de que se resuelva el proceso concursal, los actuales responsables de la entidad garantizasen la viabilidad de la misma y recordarse, a través de Martínez: "Vamos al día de empleados, técnicos, jugadores... Y eso transmite tranquilidad", explica, al tiempo que recuerda que la mercantil a la que representa ""ha puesto entre 280.000 y 300.000 euros", desde su desembarco, cuando, afirmó, la situación era "muy complicada".