-Pasó del elogio a las críticas. ¿Cómo lo asume?

-Llegamos en el mejor momento que podíamos llegar, tras ganar la Eurocopa de 2008. En todo este tiempo hemos conocido lo que es el ganar y el perder. Lo peor que te puede pasar es ser impasible ante los acontecimientos. Lo bueno y lo malo te tiene que afectar. Ser impasible ante eso no conduce a nada. Hemos sido alabados exageradamente y hemos sido criticados también exageradamente. Incluso algunas de las críticas han sido antideportivas.

-¿A cuáles ser refiere?

-Por ejemplo, cuando se habla de comportamientos de los jugadores. Los jugadores han tenido un comportamiento intachable los días que han estado concentrados y que hayamos perdido es consecuencia de lo que es el propio fútbol. Hemos ganado con mucha suerte cuando nos tocó ganar y en esta ocasión nos faltó un poquito de suerte. Pero las cosas se hicieron bien y el ambiente en la selección fue correctísimo. Antes del último partido ante Australia, a nivel de comportamiento fueron cuatro días fantásticos. No teníamos ninguna expectativa de clasificarnos y el comportamiento fue fantástico, más allá de algún episodio.

-Se habló de un incidente con Cesc Fábregas.

-Fue una cosa que ocurre en todas las plantillas. Pero el comportamiento en esos cuatro días fue estupendo. Y en el partido, más allá de que Australia no fuera un gran equipo, el comportamiento de ellos en todo momento fue bueno. Más allá, ya digo, de algún episodio. Pero fue mínimo.

-¿Se arrepiente de algo en el Mundial?

-No. En cuanto a la elección de jugadores, que es lo más importante, no llamamos a nadie fuera de onda. Llamamos a los jugadores en relación a los méritos que habían cosechado. Además, los que fueron al Mundial fueron campeones de Europa en 2012. Y después había una clasificación que había que lograr y la lograron ellos. No era un equipo hecho a base de reliquias del pasado.

-Xavi se quedó muy decepcionado por no jugar ante Chile...

-Tenemos mucho afecto a Xavi, con reconocimiento personal y profesional. No ha disminuido en absoluto. Tomamos la decisión que creímos. Posiblemente la comunicación no fue idónea. Pero lo hicimos como por ejemplo hemos hecho en el pasado partido con Iker Casillas. No le dijimos "no vas a jugar", nos parece que podría haber algún agravio comparativo. Pero de verdad que no quisimos señalar a nadie. Y si lo hicimos, mal hecho por nuestra parte. Pero no fue así.

-Después del Mundial, ¿usted llegó a presentar la dimisión?

-No. Una vez que se produce la clasificación para el Mundial, la Federación ofrece la renovación y la firmamos. No queríamos ir absolutamente contracorriente de todo el mundo porque no conduce a nada. Y también queríamos darle una libertad a la junta directiva para tomar las decisiones que creyesen oportunas. A partir de ahí no entro en más valoraciones porque es una bobada.

-¿Si hubiera ganado se hubiera marchado?

-No, sería igual. Hemos tenido en estos cuatro años la posibilidad de ganar y de perder, y creo que hemos sido bastante equilibrados en ese sentido. Nos hemos desmadrado y nos hemos creído lo que no éramos. Había gente que decía que habíamos unido a España y eso tampoco nos lo creíamos tanto. Pero ahora tampoco estamos en una posición de que parece que no podemos andar por la calle.

-Usted habló ahora de una "transición dulce".

-La transición puede ser dulce o amarga. Se trata de que vaya llegando la gente, no siempre en periodos de fracaso. Nosotros ya hicimos una transición a partir de 2008. Nadie se acuerda de Javi Martínez, Piqué, Busquets, Pedro, Mata, Alba...

-Esa transición dulce, ¿podría implicar que Casillas llegara a la Eurocopa 2016 y no ser titular?

-Pues claro. Pero hay que ser deportistas y no podemos aventurar la clasificación. Me parece que debemos ser prudentes. Luego la competición nos va a ir marcando las pautas con los jugadores y lo importante es que tengamos a la gente activa. No podemos empezar de sopetón a preparar un nuevo equipo. Tiene que ser poco a poco. Afortunadamente, tenemos buenos mimbres. En los distintos puestos tenemos alternativas.

-¿Cómo entiende el debate sobre Diego Costa?

-No hemos tenido suerte con Diego. No creo que nadie, o muy pocos, haya cuestionado su potencial deportivo. Si acaso, han cuestionado un asunto paralelo, si ha nacido aquí o allí. Pero luego no hemos tenido suerte. Ni él ha llegado en el mejor momento ni luego le ayudaron las lesiones que tuvo. En unas cosas somos muy flexibles y en otras tozudos. Y en esta hemos sido tozudos. No sé si estamos acertados o equivocados. Pero si en estos momentos no hubiéramos acercado a Costa a la selección, seguramente nos hubieran puesto a parir por no haberlo traído.

-Entonces, ¿seguirá confiando en él?

-Mientras no demuestre lo contrario. Tampoco tenemos un compromiso cien por cien, ni con él ni con nadie. Tenemos el compromiso que los partidos nos vayan ofreciendo.

-¿Debe adaptarse la selección a Costa o al revés?

-Los dos. Pero ya hemos tenido jugadores parecidos a él. Fernando Torres era un jugador más de desmarcarse. El gol de Torres (en la final de la Eurocopa de 2008) con pase de Xavi es como podría suceder con Costa. No hay nadie que sea nocivo para este grupo, nadie puede ser perjudicial.

-¿La presencia de Cesc con él en el Chelsea puede ser un argumento a favor?

-Sí, también puede ser un dato a favor. Pero yo creo que todos tienen claro que no sólo podemos jugar acercándonos al balón y asociándonos mucho, sino que también debemos tener movimientos por fuera y que eso nos hará mejores. No hay una cosa única.

-¿Ese cambio de estilo forma parte de la "transición dulce" de la que habla?

-No, forma parte del fútbol. No hay un solo dibujo, una misma foto inicial. Hay movimientos, desarrollo del juego, y eso debe entrar más allá de una foto.

-España podría estar pasando de jugar sin un delantero centro a actuar con dos puntas como Costa y Paco Alcácer.

-Empezamos jugando con Torres y Villa. Luego jugamos con Villa por la izquierda y se adaptó perfectamente. Luego hemos jugado con un delantero y también sin delantero. Cesc, Silva e Iniesta jugaron la final de la Eurocopa 2012, todo un partidazo.