Real balompédica linense

Un rival tan clásico como desconocido

  • Las apreturas económicas propiciaron un giro radical en el Lucena, que sólo conserva a tres jugadores de los que vencieron la Liga pasada en La Línea. El cuadro aracelitano es el peor visitante del grupo IV, con un solo punto.

Cuando el domingo arranque el partido en el Municipal, los aficionados de la Balompédica Linense deberán hacer un gran esfuerzo para llegar a reconocer a algún jugador del rival, el Lucena. Pero que nadie se extrañe, porque lo cierto es que el conjunto celeste apenas conserva el nombre y tres jugadores respecto al que el año pasado se llevó los tres puntos con un apretado (1-2) y estuvo a punto de truncar las opciones del conjunto albinegro de alcanzar los puestos de Copa del Rey. El conjunto aracelitano llega a La Línea con el bagaje de haber sumado un solo punto en cuatro desplazamientos, lo que le convierte en el peor viajero del grupo IV de la Segunda B.

La metamorfosis ha sido total en una entidad ahogada por las deudas que ha experimentado una gran catarsis durante el período estival. La renovación comenzó por las altas esferas con la llegada de Eduardo Bouzón y Javier Martí Asensio para relevar a una junta gestora agotada, después de muchas temporadas batallando contra los números rojos. Los nuevos rectores optaron por hacer tabla rasa y del conjunto celeste salieron el técnico Rafael Carrillo Falete, así como la gran mayoría del plantel. Tan sólo Pepe Díaz, el capitán Antonio Sarmiento y el central cordobés Santacruz continúan respecto al equipo del año pasado, con otros pesos pesados del conjunto celeste como Obregón o Jesús Lanza descartados y el goleador Javi Gómez seducido por el ambicioso proyecto del UCAM Murcia.

Para el banquillo se contrató a Juan Arsenal, un técnico joven que llegaba con el aval de su buen trabajo en el Martos, pero sin experiencia previa en la Segunda B. En ese aspecto, la sombra de Falete es alargada en Lucena y las comparaciones, pese al buen trabajo que está llevando a cabo Arsenal, resultan inevitables por parte de una afición que poco a poco va digiriendo el paso atrás dado por la entidad.

Porque el Lucena ya no es el de las últimas temporadas. Aquel conjunto temible en casa y aguerrido a domicilio, que año tras año luchaba por colarse en la zona noble de la clasificación pese a partir entre los tapados. El objetivo único e irrenunciable de la entidad es asegurar la continuidad en la categoría de bronce, con la idea de ir saneando las cuentas y poder afrontar a corto o medio plazo un proyecto ambicioso para intentar dar el salto de categoría. Esa es la gran aspiración de Martí Asensio, el brazo ejecutor de la nueva junta directiva; un hombre que no termina de ser aceptado en la ciudad aracelitana tras sus problemas con la justicia derivados de su época como propietario del Mallorca.

Entre todas esas incógnitas, la temporada arrancó para el Lucena con 18 incorporaciones. La mayoría de ellas procedentes de Tercera división, aunque también llegaron hombres que otorgan un salto de calidad como el mediocentro Sergio Torres (Burgos), el delantero de origen brasileño Pedro Beda o el carrilero Araújo (Elche Ilicitano). Y lo cierto es que el equipo de Juan Arsenal se ha asentado en la categoría y lucha por alcanzar la regularidad que le mantenga fuera de peligro durante todo el curso.

El joven técnico manchego aboga por un fútbol de toque, algo que sigue en proceso de implementar en su equipo, que hasta el momento viene regalando una de cal y una de arena en cuanto a juego se refiere. Esa idea se cimenta sobre el Gonzalo Poley (ex del Sanluqueño) y el cordobés Sergio Torreshombres encargados de mover al equipo. La principal arma ofensiva del conjunto celeste son las internadas desde segunda línea de hombres como José Manuel o Maxi, favorecidos por el buen juego de espaldas del ariete Pedro Beda. Además, en el juego aéreo destaca la potencia de los centrales Domingo y Santacruz, fijos desde el inicio. Por último, Chirri se ha destapado como un extremo rápido y con desborde en el uno contra uno.

El gran talón de Aquiles del conjunto lucentino viene siendo la defensa. Los 15 goles encajados en nueve partidos hablan por sí solos de un déficit atrás que ha llevado al equipo de Arsenal a sufrir grandes varapalos, el más reciente ante el Almería B (6-0) en el último desplazamiento previo al de La Línea. En la búsqueda de paliar esa debilidad, el equipo mostró la pasada semana ante El Palo menos ambición ofensiva, perdiendo llegada al área rival.

Además, los números del Lucena como visitante son poco halagüeños, con tan sólo un punto en su haber fruto del empate logrado en su visita al Sevilla Atlético (1-1) y tres derrotas (en las visitas al UCAM, el Melilla y el Almería B), lo que le convierte en el peor visitante del grupo. Es verdad que tanto el Arroyo como el filial nervionense han sumado también un solo punto, pero ambos presentan mejor balance goleador (tres goles a favor y once en contra, en el caso de los cordobeses). Enfrente tendrá, no hay que olvidarlo, a uno de los equipos más solventes como local en Liga, ya que se mantiene invicto ante su público.

La debilidad en ruta del Lucena queda más o menos amortiguada por los buenos cosechados como local, lo que le permite ocupar la duodécima plaza.

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