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Los lucentinos, a vueltas con su fragilidad defensiva antes de rendir visita a La Línea

  • Los aracelitanos se vieron obligados a renunciar el domingo a 'su juego' para mantener la puerta a cero

Hace años, cierto entrenador brasileño acuñó una de las citas más célebres del mundo del fútbol. En ella comparaba el deporte del balompié con una "manta corta, con la que si te tapas los pies te descubres la cabeza, y si te tapas la cabeza te descubres los pies". Una metáfora perfecta para explicar lo que le sucedió al próximo rival de la Balompédica, el Lucena, el pasado domingo en el encuentro que disputó ante el CD El Palo. El conjunto entrenado por Juan Arsenal cedió dos puntos en su estadio ante el cuadro malagueño, en un partido en el que tuvo algunas ocasiones para ganar, pero en el que prevaleció el empeño por mantener la portería a cero tras el descalabro de una semana antes en Almería ante el filial albirrojo, frente al que cayó por seis-cero.

Para entonces ya había recibido quince goles en ocho jornadas y eso le mantenía preocupantemente cerca de los puestos de peligro.

No es extraño, por tanto, que el técnico manchego se mostrara contento al final del partido, principalmente por el hecho de "mantener la portería a cero ante un rival exigente y difícil".

Y es que Arsenal, cuyo libreto incluye un fútbol más ofensivo y arriesgado que el expuesto ante el conjunto paleño, asumió como propia esa lógica resultadista del mundo del fútbol que marca que "cuando no se puede ganar es importante no perder".

Quedó claro que lo primordial ante El Palo era cortar la hemorragia y zanjar la herida abierta en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo. Además, las bajas en la zaga invitaban a un incremento de las precauciones. Con Santacruz sancionado y Rafa Villanueva lesionado, Sarmiento tuvo que ejercer de central junto a Domingo, algo que, en principio, no sucederá en el Municipal de La Línea el próximo fin de semana. El primero de ellos habrá ya cumplido su castigo y el segundo evoluciona muy bien de los problemas físicos que le dejaron en la grada.

Sin embargo, cierto sector de la afición lucentina interpretó el juego de su equipo como falto de ambición, por lo que se pudieron escuchar algunas críticas. Arsenal asumió que la afición "está en su derecho de exigir lo que quiera", aunque quiso recordar el escenario en el que se mueve el club: "nosotros somos lo que somos, tenemos un equipo para luchar y competir, con un presupuesto mucho más modesto lo que ha sido el Lucena en años anteriores, y eso la afición lo tiene que saber".

Pero no dudó en concederle a la grada total soberanía, al asegurar que "si ellos opinan que tienen que pitar al equipo, lo voy a respetar siempre".

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