La Balompédica logró ayer en Málaga un meritorio empate en un duelo con mucha intensidad y poco fútbol en el que escasearon las ocasiones y en el que cuando éstas se produjeron fueron como consecuencia de segundas jugadas o acciones a balón parado. Un duelo propio de dos equipos que se juegan mucho, cada uno con un fin, pero que se desarrolla en un escenario de resucidas dimensiones. Con este resultado y los que se dieron en otros campos, los albinegros aumentan a seis puntos -a falta de sólo tres jornadas- su ventaja sobre el séptimo clasificado, que ahora es el Cacereño.

La Balona saltó al campo con un once como poco sorprendente. No estaban en el banquillo ni Sergio Ortiz ni Ramiro, si bien éste había padecido algunos problemas físicos durante la semana. Por el contrario se estrenaba como titular el rondeño Raúl Segura, quien por desgracia en momento alguno fue capaz de adaptarse a las condiciones de un partido áspero.

A pesar de todo fue el equipo de La Línea el que, en medio de un encuentro sin fútbol, llevaba el mando durante la primera media hora, mientras El Palo, muy mediatizado por su necesidad de puntuar y de no encajar goles, fue a remolque durante todo ese periodo. Bien es cierto que los escarceos de unos y otros, especialmente de los de La Línea porque eran los más frecuentes, se diluían en las inmediaciones de las áreas.

La Balona buscaba constantemente con balones largos a Copi, pero la zaga paleña les sujetaba en corto para evitar sorpresas. En el minuto 16 Chema Mato sacó una falta buscando el remate de Raúl, pero el delantero no alcanzó a rematar y finalmente fue Míkel Pagola quien despejó a córner.

Los albinegros no acababan de tomar las medidas al reducido césped sintético del San Ignacio, en tanto que El Palo comenzaba a salir de la cueva. En el 28' Javilillo se escapó de su marcador y disparó con dificultad para que Mateo detuviera el esférico. En el 32' un error del local Oli propició que Raúl se llevara el balón y fusilara a Pagola, pero el exbalono replicó con una buena intervención a bocajarro. Fue la mejor ocasión de los albinegros en toda la contienda.

En la recta final del primer tiempo El Palo puso cerco al área linense y Gerrit, Juanillo y Javilillo tuvieron en sus botas la ocasión para abrir el marcador. Fueron los mejores minutos de El Palo, que a pesar de todo no consiguió poner tierra de por medio en el marcador. Javilillo fue el protagonista de un disparo que pegó en la parte exterior de la madera.

La Balona inició el segundo tiempo con ímpetu y ganas de resolver, pero El Palo arrancaba desde atrás con peligrosos contragolpes, aunque apenas ponía en serios aprietos a la defensa albinegra, hasta el punto de que el meta Mateo no hizo una sola parada en toda la tarde, porque los malagueños no lanzaron jamás entre los tres palos, lo que habla muy bien del trabajo, sobre todo, de los dos defensas centrales, Olmo y Carlos Guerra.

En el minuto 58 Juanillo centró desde el costado izquierdo al punto de penalti y Falu Aranda se lanzó en plancha para conectar un testarazo que se escapó por milímetros. Cinco minutos después la ocasión (como la anterior más de fogueo que de otra cosa) fue para los visitantes en un centro-chut de Copi que Pagola despejó ´in extremis´ de puños.

El partido no tenía un dueño definido, aunque es cierto que los dos conjuntos trabajaban con mucha intensidad.

En el minuto 71 Durán botó una falta y Gerrit remató de cabeza muy cerca del palo derecho de Mateo.

En los compases finales el juego se endureció, pero ambos equipos siguieron buscando el triunfo, si bien es cierto que las fuerzas comenzaban a flaquear, de manera que el empate final no sólo se antoja justo, sino que da la impresión de que no dejó descontento a nadie, seguramente porque les acerca a sus respectivos objetivos.