algeciras club de fútbol

Si tú me dices ven...

  • Cada vez que el Algeciras reclama el aliento extra de su afición para una cita importante y ésta responde, el equipo es sinónimo de victoria

El Algeciras Club de Fútbol necesita este domingo más que nunca de su gente y sus aficionados necesitan más que nunca una victoria. Son necesidades mutuas. Y lo cierto es que siempre que se ha dado esta situación, al menos en los tiempos más recientes, siempre que los albirrojos han afrontado una encuentro con rango de final, la unión de ambas fuerzas han desembocado en triunfo, en alegría.

Si el Algeciras reclama a su hinchada y ésta responde, el llamamiento suele ser sinónimo de éxito. Los precedentes más cercanos así lo confirman desde el recordado partido del ascenso ante el Tropezón de Tanos. Esta temporada hay ejemplos como el triunfo de prestigio ante el Albacete, la ansiada victoria sobre el Cádiz casi medio siglo después y la reciente y balsámica conquista ante la Balona, el eterno rival, en la última comparecencia en el Nuevo Mirador del equipo que dirige Manolo Sanlúcar.

El vestuario persigue el último empujoncito hacia la permanencia, un anhelo que desea hacer efectivo el próximo domingo a partir de las 19:00 horas ante el Granada B. La directiva, atenta a lo mucho que se juega la entidad para zanjar su permanencia en la categoría cuanto antes, catalogó el partido como "día de homenaje a la afición" y fijó entradas a cinco, tres y un solo euro. Precios casi simbólicos para que los más fieles se puedan ver respaldados en las gradas por muchos más, para rodear el duelo de ese ambiente decisivo que esta semana impregna los corazones de muchos seguidores.

El entorno está convencido de que el domingo la afición estará a la altura de este último aliento extra, de este llamamiento al alcance de todos los bolsillos. Ante los más escépticos o recelosos tras la última derrota en El Palmar y la mala racha durante la segunda vuelta, los algeciristas más fieles apelan al orgullo de un conjunto que ha sabido corresponder a su gente en las grandes oportunidades.

Los antecedentes más llamativos antes mencionados son los más claros ejemplos de que cuando el Nuevo Mirador aprieta, el jugador que viste la camiseta albirroja no tiene más remedio que dejarse hasta la última gota de sudor sobre el césped. Si el equipo pide un poco más a la afición, los de Manolo Sanlúcar saben que deberán darlo todo. Ese es el trato. Ese es el espíritu que ya preside el partido de la salvación.

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