Campo de Gibraltar

Las eléctricas dejan a la comarca a un 14,5% del objetivo de Kioto

  • Las 13 industrias controladas expulsan 7 millones de toneladas de dióxido de carbono sobre un techo de 6,1 · Pese a la superación durante el año 2010, el total cae un 8,6% respecto al ejercicio precedente

Las eléctricas vuelven a apartar al Campo de Gibraltar de la convergencia con el Protocolo de Kioto. El sector de generación energética arrastró al resto de la industria comarcal a superar la asignación de emisiones de dióxido de carbono (CO2) previstas para el año 2010. En total, las 13 instalaciones sujetas al régimen de control y comercio de derechos de emisión expulsaron durante 2010 a la atmósfera poco más de 7 millones de toneladas (7.017.938) de este agente cuando el límite fijado era de 6,1 millones de toneladas, según los datos computados por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM). Supone una desviación del 14,49%. En 2009 el exceso -también motivado por las eléctricas- fue del 23,5% con 7,6 millones de toneladas emitidas frente a 6,2 de límite. Existe por tanto una reducción interanual del 8,6%.

La razón de esta demasía vuelve a encontrarse en el sector energético, ya que las seis empresas que superaron su cupo (ver tabla adjunta) desarrollan este tipo de actividades. El resto de industrias, vinculadas a la producción de bienes de distinta naturaleza, se mantuvo holgadamente dentro de las cifras marcadas por el tratado internacional y su transposición a la normativa española. Si sólo se tienen en cuenta los datos del sector eléctrico, las seis instalaciones contaban con un máximo de emisiones de 3.595.519 toneladas de CO2. Sin embargo generaron hasta 5.039.068 toneladas, un 40,14% más. Los buenos datos del resto ayudaron a compensar la balanza.

Todas las industrias excedentarias en CO2 compensaron sus cifras recurriendo al mercado de derechos de emisión, tal y como marca la legislación. Aunque el dióxido de carbono no es contaminante en sí mismo es el principal agente causante del efecto invernadero y de ahí el esfuerzo internacional en cuanto a su control y reducción.

En cualquier caso, las cifras también tienen una lectura positiva si se analiza la evolución desde 2005, primer año de aplicación del programa. En dicha anualidad once industrias lanzaron a la atmósfera 10,2 millones de toneladas de dióxido de carbono. Ahora, con dos fábricas más (llegaron a ser 14 contando a Torraspapel) y un límite mucho más severo, las emisiones del pasado año suponen una disminución de 3 millones de toneladas respecto a las de 2005, un 31,58%.

La menor producción de dióxido de carbono en el sector de bienes y servicios tuvo su razón de ser en dos fenómenos: la crisis y la aplicación de medidas para la mejora de la eficiencia energética. Las industrias buscan aprovechar al máximo los recursos energéticos (por su poner un alto coste) lo que redunda en mayor rentabilidad y menores emisiones. A su vez, la caída del consumo a consecuencia de la crisis también tiene su reflejo en las producciones y, lógicamente, en las emisiones asociadas. Resulta prácticamente imposible disociar cuánta reducción se corresponde con la caída del consumo y la mejora de la eficiencia.

De las eléctricas, la central de ciclo combinado de Nueva Generadora del Sur (NGS) registró la mayor diferencia entre el límite y la cantidad de CO2 finalmente emitida. La planta contaba con un techo de emisiones de 764.356 toneladas pero acabó casi duplicándolo: 1.479.121 (+93,51%). La central térmica de Gas Natural también se pasó del límite un 48,14% ya que generó 445.058 toneladas cuando su máximo permitido sin necesidad de recurrir al comercio de derechos de emisión era de 300.412 toneladas.

La central térmica de Los Barrios, del grupo alemán E.On, superó su asignación de CO2 en un 32,97%. Emitió 2,1 millones de toneladas cuando el Ministerio le había autorizado a expulsar gratis hasta 1,6 millones. Pese a la desviación en algo más de 500.000 toneladas, en 2010 dejó de ser el farolillo rojo de la comarca (en 2009 fue la instalación más incumplidora). La otra central del grupo, Bahía de Algeciras, no produjo emisión alguna puesto que durante el pasado ejercicio se encontraba inmersa en las labores de reconversión desde la tecnología de fuel-gas a ciclo combinado. Comenzó a operar en marzo, por lo que ya para este ejercicio cuenta con un cupo de 624.284 toneladas hasta final de año.

Plantas de menor dimensión, como Getesa y Generación Peninsular tampoco cumplieron, con desviaciones del 8,60% y el 0,17% (aunque en este último caso la convergencia prácticamente se logra).

En el lado contrario, el de los cumplimientos, Cerámicas La Esperanza -como fiel reflejo del pinchazo inmobiliario- es la planta que menos se acercó al límite. De hecho, sólo empleó 2.634 toneladas sobre un máximo de 13.455 (-80,43%)

Todas las plantas del grupo Cepsa -refinería Gibraltar-San Roque y las dos de Cepsa Química- llegaron a la convergencia holgadamente. Acerinox, por su parte, pese a contar con todo un año de producción (ya que derogó su Expediente de Regulación Temporal de Empleo en marzo de 2010) también se mantuvo dentro de la asignación (-41,92%).

Todas estas toneladas "salvadas" estuvieron disponibles para el mercado común de los derechos de emisión. Europa y España no pueden superar el techo de emisiones, por lo que la venta de los derechos excedentarios supone una vía de ingresos para las convergentes con Kioto.

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