Campo de Gibraltar

García defiende el uso de la Isla de Tarifa con fines de divulgación científicos

  • El Instituto de Estudios Campogibraltareños y Cepsa editan una guía para el buceo en este enclave natural protegido

La Isla de Tarifa no puede ser un coto vedado ni tampoco escenario para tres torres hoteleras. El profesor de Biología Marina de la Universidad de Sevilla José Carlos García Gómez defendió anoche así las potencialidades de la Isla de Tarifa para su uso como enclave para el buceo recreativo y científico con el máximo respeto al entorno natural en la presentación del libro Bucear en el último confín de Europa, la Isla de Tarifa, del que es coautor junto a Salvador Magariño. La obra, ilustrada a todo color, es la última publicación del Instituto de Estudios Campogibraltareños de la Mancomunidad de Municipios y que cuenta con el apoyo del Grupo Cepsa para su edición.

El autor defendió en la presentación de la obra, desarrollada en el hotel Guadacorte de Los Barrios, la singularidad de un espacio que, por su uso militar y restringido, conforma uno de los pocos espacios casi vírgenes de la costa española y desconocido para el gran público con presencia de especies únicas. La obra pone dicho patrimonio biológico al alcance de las manos a través de más de un millar de fotografías y explicaciones accesibles para el gran público en 350 páginas sin descuidar el rigor de toda publicación científica.

La presentación de la obra, a la que asistieron una representación del Grupo Cepsa, la Mancomunidad y otras entidades sociales del Campo de Gibraltar así como numerosos buceadores, se convirtió en un animado coloquio a través de las coloridas imágenes y acuarelas que ayudan tanto a neófitos como a expertos en la materia a conocer el patrimonio subacuático de la zona. El autor subrayó que Tarifa debe saber aprovechar el potencial para el uso de la isla y estar preparada para el momento en que pueda ser utilizada por la ciudadanía. Así mismo, a preguntas de los asistentes, defendió que el proyecto de ampliación portuaria, una vez rediseñado y redimensionado a menor tamaño, no afectará a las corrientes marinas en torno a la isla y, por tanto, mantendrá intacta su biodiversidad.

El director del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Ángel Sáez, se congratuló por la obra -la segunda de la entidad publicada este mes- y agradeció el compromiso de Cepsa en la edición. Un agradecimiento que también trasladó el vicepresidente de la Mancomunidad Alejandro Mogollo. Nicolás Barroso, del departamento de comunicación de Cepsa, subrayó que la compañía apuesta decidida por la divulgación medioambiental y recordó otros proyectos como la escuela ambiental del arroyo de la Madre Vieja, en San Roque.

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