Campo de Gibraltar

La crisis alienta la recogida de setas como alternativa al paro

  • La falta de empleo en la construcción y recogida de cítricos lleva a los desempleados a la economía sumergida · Los hongos son el producto más atractivo, ya que un kilo de chantarella vale hasta 16 euros

El campo vuelve a ser un valor seguro para afrontar la crisis económica. La falta de empleo está llevando a muchos campogibraltareños a buscar un jornal en los montes del Campo de Gibraltar recurriendo a la economía sumergida. Contabilizar cuántas personas vuelven a casa con unos euros en el bolsillo tras una mañana cuchillo en ristre es prácticamente imposible, si bien es seguro que pueden contarse por centenares.

Los principales productos que se pueden recolectar libremente van desde los tradicionales espárragos o tagarninas a las setas, si bien estas últimas son las preferidas por los aficionados porque alcanzan un precio más alto en el mercado. Un kilo de chantarella, considerada como la joya gastronómica entre los hongos de la comarca, puede alcanzar hasta los 16 euros y se trata de la especie con una campaña de producción más larga ya que abarca de septiembre a mayo, si las condiciones climatológicas lo permiten. Otras variedades como las trompetas de la muerte y lengua de vaca también son muy apreciadas por su valor culinario.

Jimena de la Frontera es el principal municipio donde se está dejando notar esta práctica por su cercanía con el parque natural de Los Alcornocales. Los Barrios o incluso Algeciras también cuentan con fincas públicas utilizadas por sus vecinos para esta práctica. Pero a esta situación también hay que añadir un factor no previsto: el temporal. Las fuertes precipitaciones de diciembre y enero han provocado grandes pérdidas en el sector cítrico (calculadas en más de tres millones de euros) que han dejado sin empleo a cientos de personas en San Martín del Tesorillo y otros puntos cercanos del Valle del Guadiaro.

La concejal de Medio Ambiente de Jimena, Noelia García, ya alertó a mediados de este mes de este fenómeno. Según sus datos, unas 65 personas se ganan la vida habitualmente con la recolección de setas en la localidad, si bien la crisis ha duplicado e incluso triplicado la cifra. En este municipio, el que más población de origen rumano concentra por el auge de la construcción de los últimos años, este sector de la población se está echando ahora al monte para conseguir un jornal ya que muchos se han quedado en el paro y sin expectativas legales en la recogida de la naranja.

Pero la crudeza del invierno en cuanto a las precipitaciones e incluso las heladas dificultan enormemente la afloración de los hongos, que necesitan lluvia pero no de forma tan acusada así como temperaturas cálidas durante varios días. Ello tiene consecuencias negativas sobre la producción ya que las manos inexpertas están recolectando los botones -setas inmaduras- impidiendo así la dispersión de las esporas que garantiza la continuidad de las especies.

La temporada está resultando muy mala, según los responsables municipales de medio ambiente consultados por este diario ya que en muchos casos los hongos que consiguen madurar se encharcan con las lluvias torrenciales, lo que impide su venta. Tanto es así que varios mayoristas de Jimena han visto devueltos sus pedidos enviados al extranjero, principalmente a Holanda. Otros mercados receptores de las setas campogibraltareñas son Suiza, Alemania o Francia. Sólo una primavera más benévola puede salvar parte de la campaña.

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