No hay sitio para más agua. La apertura de los embalses de Charco Redondo y Guadarranque como consecuencia de su llenado por las excepcionales precipitaciones que sufre la comarca desde hace mes y medio envió al mar hasta 32 hectómetros cúbicos de agua desde el pasado 28 de diciembre, cuando el embalse del Guadarranque (Castellar) abrió sus exclusas y a las pocas horas Charco Redondo, en Los Barrios, siguió sus pasos.

La delegación provincial de Medio Ambiente informó ayer que, 16 días después, los embalses quedaron cerrados en la jornada del martes ya que se mantienen en su nivel máximo de seguridad. Ambos aparecen en el parte de la web de la Agencia Andaluza del Agua al 100%. Con todo, durante varios días alternos de este periodo de dos semanas han permanecido cerrados.

El pantano del Guadarranque, con capacidad máxima teórica para 78 hectómetros cúbicos liberó hasta 20 hectómetros cúbicos en excedentes, lo que equivale al 25,6% de su capacidad máxima. Es decir, le hubiera hecho falta un cuarto más para poder almacenar todo lo llovido. En el caso de Charco Redondo, el exceso fue de 12 hectómetros cúbicos, un 16,4% de su capacidad máxima, cifrada en 73 hectómetros.

A pesar de que tan importante cantidad de agua ha terminado en el mar a través de los desembalses, cabe destacar que la Agencia Andaluza del Agua mantuvo activo durante varios días el trasvase del Guadiaro-Majaceite para enviar agua a la provincia de Málaga.

Desde la delegación de Medio Ambiente destacaron que, al estar llenos los dos principales embalses de los que se surte el Campo de Gibraltar, el suministro está garantizado para los próximos cuatro años.

En el pantano del Almodóvar, en Tarifa, la situación no ha llegado todavía a esos extremos. En este caso, la pequeña presa con 5,7 hectómetros cúbicos de capacidad acoge 4,98 hectómetros cúbicos.

Aunque la situación puede calificarse como ideal, desde la Junta de Andalucía recordaron la importancia de ejercer un consumo responsable, aún en épocas de abundancia como ésta.