Campo de Gibraltar

El Almarchal arropa a la Virgen de la Alegría

  • La campiña celebra la romería en honor a su patrona con un recorrido de cuatro kilómetros hasta el cortijo de La Rosilla

La mayoría del núcleo rural tarifeño de El Almarchal, junto a buen número de vecinos de La Zarzuela, Tahivilla, Facinas o Tarifa quiso ayer participar de manera activa de la tradicional romería de La Alegría que cada mes de mayo es celebrada en honor a la patrona del mismo nombre.

La comitiva Mariana partía desde la localidad a hora temprana. Pasaban las nueve y media de la mañana y entre rezos, cantos y fuertes rachas de levante, los romeros enfilaban el camino, a penas unos cuatro kilómetros, que separa el Almarchal del cortijo La Rosilla. Un enclave idóneo para este evento y que ceden las Fuerzas Armadas para la ocasión.

Los actos en honor a la patrona comenzaron el pasado viernes con la celebración de una prueba de ciclismo que recorrió unos 70 kilómetros por los alrededores del núcleo rural. Continuaron el sábado con la tradicional ofrenda floral a la Virgen y la celebración de diversas pruebas y concursos destinados a los más jóvenes y al público infantil.

A mediodía la Virgen llegaba hasta la arboleda donde permanecería durante todo el día entre los rezos de los romeros que pudieron disfrutar de una romería en la que la fuerte levantera se vio calmada en parte por la frondosidad del terreno. Primero tuvo lugar una solemne misa romera amenizada por el coro Amigos del Caballo y a su término, ya a la sombra de los árboles, se sucedían los corrillos en los que las bulerías y demás cantes eran aprovechados por la chavalería para arrancarse a bailar por los diferentes palos. Otros tantos se guarecían del sol entre los acebuches y alcornoques y degustaban entre vinos y cervezas algunos platos típicos como el lomo a la plancha, chorizo o arroz campero. Una oportunidad única para disfrutar de un momento alejado de la urbe y donde la conversación se antojaba un ejercicio de amistad y convivencia.

La Virgen fue acompañada en su peregrinar por romeros y cabalgatistas, que engalanaron sus cabalgaduras para la ocasión. A pesar del levante, la imagen de la Virgen, conseguía procesionar por la campiña tarifeña seguida de sus incondicionales fieles.

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