Depurar y estabilizar la celda número 3 del vertedero de rechazo antes de que lleguen las primeras lluvias, en el mes de septiembre. Este es el primero de los objetivos que se han propuesto Urbaser, la concesionaria del servicio, y Arcigsa, la empresa pública comarcal responsable de la gestión del complejo Sur de Europa.

Ha pasado ya más de un mes de que el pasado 19 de junio se produjese el derrumbe parcial del vertedero de rechazo y los técnicos siguen trabajando en los informes que ofrecerán algún dato acerca de cuál pudo ser el origen de este desplazamiento.

Urbaser se comprometió a encargar un informe a una empresa externa y la delegación territorial de Medio Ambiente también expresó su deseo de elaborar un documento con las posibles causas. Dicho informe, según indicó la concesionaria a la Junta de Andalucía, podría estar elaborado en un mes por lo que probablemente se conocerá en los próximos días.Mientras tanto, continúan los trabajos para el control de los lixiviados y para restaurar la zona que fue desplazada. Los técnicos tienen que recuperar todas las balas de rechazo que quedaron afectadas, volver a asegurarlas, enterrarlas y estabilizar el terreno donde se encontraban para proceder a su sellado y cierre definitivos.

Este incidente provocó el cierre del vertedero de rechazo ubicado en el compleo medioambiental Sur de Europa. Desde entonces, estos residuos -que suponen el 60% del total de los que entran al complejo a diario- son enviados a las instalaciones de Urbaser en Casares. De momento, Urbaser dispone de un plazo de seis meses para seguir enviando al vertedero malagueño la basura de rechazo que generan los clientes de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar.

En este tiempo, la empresa tiene que enviar al Gobierno andaluz la solicitud de la autorización ambiental integrada del nuevo vaso de vertido, que sustituirá al que ha estado operativo hasta que se produjo el incidente el pasado mes de junio.

Arcgisa recibió los permisos para la explotación del vaso de vertido en octubre de 2007. En julio de 2013 fue autorizada la explotación de la tercera celda conforme al proyecto que se presentó. Aunque la celda tenía una fecha de caducidad próxima, ésta aún no se había cumplido.

Desde que se empezó a usar la parte que luego resultó afectada -hace ahora tres años- y hasta que se produjo el deslizamiento han sido depositadas en esa zona un total de 724.000 toneladas de rechazo de residuos.