La integración en el mercado laboral ya no es la condición básica para tener herramientas que permitan salir de la pobreza. La precarización de las ofertas de empleo implica que muchas familias, pese a contar con alguno de sus miembros empleados, no cuenten con un mínimo de ingresos que les permitan contar con las comodidades básicas para vivir. Cáritas Diocesana es consciente de ello y, de hecho, ha debido ampliar el perfil sociodemográfico de asistencia a los denominados "trabajadores pobres", también en el Campo de Gibraltar.

Durante el año 2013, Cáritas empleó 416.907 euros para atender a un total de 3.890 familias de toda la comarca. Gran parte de esa inversión correspondieron a ayudas para acogida y atención primaria, aunque también para diversas acciones en materia de empleo y para el comedor Padre Cruceyra, en Algeciras. Además, desde Cáritas parroquiales, las células municipales de esta organización más cercanas a la población, se ha ayudado en alimentación, en el pago de recibos de alquiler, luz o agua, en apoyo escolar o en compras farmacéuticas o transportes.

Y es que las ayudas más demandadas continúan siendo alimentación, vivienda y empleo, aunque sí está cambiando el perfil de los demandantes. Según informó Cáritas Diocesana, entre los usuarios de sus servicios están desempleados de larga duración, personas que han perdido su empleo recientemente y, en los últimos tiempos, se han sumado a éstos personas ocupadas a tiempo parcial o con contratos temporales, los llamados trabajadores pobres.

Lejos de su ocupación, el perfil medio de las personas que están siendo ayudadas por la organización humanitaria corresponde a personas de nacionalidad española, en su mayoría mujeres en edad de trabajar con edades comprendidas entre los 34 y los 54 años. Los extranjeros, pos su parte, normalmente se encuentran en situación regularizada, cuentan con permiso de residencia y de trabajo. Destacan también las personas sin estudios o con niveles incompletos.

En el Campo de Gibraltar, Cáritas asistió en Algeciras a 2.306 familias; desde La Línea -organización de la que depende también Puente Mayorga y Campamento-, a un total de 857 familias; desde Cáritas de San Roque -que gestiona Los Barrios, Palmones, Castellar, Jimena, Guadiaro y La Estación de San Roque-, fueron 727 las familias asistidas en cualquiera de los niveles que ofrece la organización.

Familias entre las que cuentan a las monoparentales con hijos, a las que ven de las más vulnerables. Desde Cáritas, además, destacan el problema de la "cronificación" de la pobreza por la duración de la crisis económica, que ha supuesto el agotamiento de las ayudas y de las prestaciones sociales. Así, destacó a la red familiar como elemento clave para contener la pobreza que afecta a miles de personas y, por supuesto, también en el Campo de Gibraltar.

La mayoría de las personas atendidas recibieron de Cáritas respuestas en especies o directamente económicas, para hacer frente a emergencias en materia de alimentación, seguidas de intervenciones sobre vivienda, empleo y otros tipos de ayuda como farmacia, desplazamiento y educación. Además, cuentan con Cáritas para asesoramiento, seguimiento y acompañamiento.

Además, la organización, que cuenta con una red de 259 voluntarios, mantiene el programa Café y Calor en La Línea; el centro social Padre Cruceyra en Algeciras que ofrece comedor, higiene, ropa y atención social; y el punto de integración sociolaboral en Los Barrios, que ofreció formación y orientación a medio centenar de personas.