Los tarifeños y vecinos de otros puntos del Campo de Gibraltar y La Janda vivieron ayer uno de los días más esperados en el calendario de actos religiosos. El traslado de la Virgen de la Luz, patrona y alcaldesa perpetua de Tarifa, desde su santuario en Caheruelas hasta el templo mayor de San Mateo para presidir la Real Feria -que se celebra estos días en su honor- reunió ayer a unas dos mil personas, que recorrieron la decena de kilómetros que separa el lugar de culto habitual de "la campera" -como se le conoce popularmente- del centro de la ciudad.

Un cortejo en cabalgata agrícola en el que además de los dos millares de participantes a pie, la hermandad registró la inscripción de 375 jinetes que confirieron el carácter rural al recorrido, junto con San Isidro, patrón de la campiña y que partió abriendo el desfile.

A las cuatro y media, hora de salida de la Virgen desde el santuario, los alrededores de la coqueta ermita eran un hervidero de personas dispuestas a cumplir, un año más, con la tradición. Una cita muy especial porque se trataba de la primera vez en que la Virgen se reencontraba con su pueblo tras su coronación canónica, el pasado mes de junio, luciendo este ornamento. Además, también especial porque la de ayer fue la nonagésimo novena edición de la cabalgata agrícola, instaurada como tradición en 1914 y declarada de interés turístico de Andalucía desde 2010.

"Siempre es especial. Pero este año tiene el aliciente de la reciente coronación canónica de una Virgen que despierta mucha devoción. Y el año que viene, por el centenario de la cabalgata", reconoció a este periódico el hermano mayor de La Luz, Alfonso Pacheco, durante el camino. Devoción demostrada tanto por la distancia recorrida como por la adhesión popular demostrada a su entrada en la localidad.

El cortejo tardó unas cuatro horas en cubrir el camino y, tras cruzar la carretera N-340, llegó a la ciudad por el polígono y las casas del cable dirigiéndose a Batalla del Salado, donde otra marea humana esperaba. Para ese momento, las ocho y media de la tarde, aproximadamente, los rigores del calor habían quedado mitigados por el levante.

Tras San Isidro, emergió entre el gentío la imponente talla mariana con su manto rojo, el usado para las peregrinaciones. Vítores y aplausos colmaron el paso del cortejo hasta quedar ubicada la Virgen en el escenario habilitado a media altura de la avenida. Allí, ya esperaban las autoridades civiles, eclesiásticas y militares para saludar su llegada. También, por tratarse de las fiestas en su honor, no faltaron las cortes infantil y juvenil e incluso el pregonero de la feria.

El alcalde, Juan Andrés Gil, en un gesto simbólico entregó a la imagen el bastón de mando de la ciudad, confirmando así su declaración como alcaldesa perpetua que cumple justo ahora un año (también se hizo en mayo). La Virgen ya estaba con su pueblo físicamente, aunque los tarifeños devotos siempre la llevan en sus pensamientos.

Desde allí, siguió su ruta bajo el siempre bello arco de la Puerta de Jerez (presidido por el Cristo de las Aguas) hasta llegar a las puertas de San Mateo, donde el párroco de Facinas y Tahivilla, Antonio Jesús Garrido, fue el encargado de pronunciar la plática de salutación.

En Tarifa no se entiende septiembre sin Ella. Y así será hasta el próximo sábado 22, cuando la imagen parta para realizar el camino inverso. Pero antes, la próxima cita con la patrona será el sábado 7, cuando se realice la ofrenda floral en la víspera de su festividad. El domingo 8, último de Feria, será también la jornada en la que la bella imagen saldrá en procesión (21:00 horas) como preludio del fin de fiesta.

Mientras tanto, la actividad continuó en el Real, donde el buen ambiente marcó la jornada del domingo con una fiesta motera rociera del motoclub A tu aire (en la caseta Nuevos Veteranos).