La decisión de Izquierda Unida de incorporar en sus estatutos que los cargos públicos no participarán en actos religiosos representando a las instituciones es una medida que, aunque fiel a los principios de laicidad de la coalición, contradice las posturas de muchos dirigentes locales. Es el caso del alcalde de Castellar, Juan Casanova, quien aseguró ayer a este diario que va a seguir asistiendo a estos actividades como hasta ahora. "Siempre que se me ha invita a una acto, sea religioso, cultural o educativo siempre he asistido si he podido y seguiré haciéndolo", añadió el primer edil, quien consideró que las asistencia a estos actos forman parte de las normas de cortesía y "está dentro de la normalidad democrática".
Juan Casanova indicó que se había enterado por prensa de esta propuesta de la federación de izquierdas. "A mí nadie me lo ha dicho y desconozco por completo esta directriz de IU", apostilló.
No obstante, el regidor castellarense aseguró entender y compartir el argumento de IU y su base ideológica. "La religión y las instituciones son poderes separados, pero eso no supedita a las normas de educación", insistió Casanova, quien argumentó que hay que diferenciar entre participar en actos protocolarios y tomar decisiones.
"Una cosa es asistir a una invitación y otra decidir en actuaciones de ámbito público", apostilló.
Finalmente, el alcalde reiteró que "mientras estén bien delimitadas las funciones, no hay contaminación de un poder sobre otro y no existe incompatibilidad".
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