Agentes del Grupo de Crimen Organizado de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña han detenido en Barcelona a un hombre acusado de robar motocicletas y ciclomotores estacionados en la calle, para posteriormente enviarlos a través del puerto de Algeciras desguazados a Marruecos en el interior de una furgoneta. Fue arrestado cuando estaba a punto de embarcar en un ferry hacia Tánger.

La operación ha permitido detener al supuesto ladrón de motos y permanece todavía abierta, ya que se sospecha que forma parte de un grupo organizado y jerarquizado cuyos integrantes tienen asignado un papel específico en la trama.

El Periódico de Cataluña publicó que también fue arrestado el propietario de la furgoneta con la que se hacían los traslados por ser su cómplice. La Policía Nacional tiene indicios de que ambos pertenecen a una organización especializada en el robo de estos vehículos que actuaría a ambos lados del Estrecho.

La investigación ha permitido recuperar trece ciclomotores sustraídos recientemente que el detenido, de nacionalidad marroquí, tenía ya preparados para enviarlos a Marruecos.

Robaba las motos aparcadas en la calle, introduciéndolas en la furgoneta en la que se desplazaba, y posteriormente las desguazaba. Para impedir que se pudiera relacionar las piezas desmontadas con los ciclomotores sustraídos, las distribuía en distintas furgonetas para transportarlas a Marruecos, cruzando el Estrecho de Gibraltar en barco.

Según comprobaron los investigadores, el principal responsable había viajado en varias ocasiones desde Barcelona a Tánger en una furgoneta y se está tratando de averiguar si esos desplazamiento sirvieron para transportar motocicletas robadas.

En la operación se ha intervenido una furgoneta supuestamente utilizada para los robos, así como 13 ciclomotores de las marcas Yamaha -modelos Jog, Aerox y Neos- y una placa de matrícula de ciclomotor.

El modus operandi de las sustracciones era montar en la furgoneta la moto que estaba en la calle -ni si quiera se paraban a quitarle las medidas de seguridad- y luego eran desmontadas pieza a pieza y trasladadas a Marruecos, donde se volvían a armar y se vendían en los mercadillos de varias localidades del país.