Cinco polizones protagonizaron ayer un pequeño motín en un barco fondeado en el puerto de Algeciras. La actuación de los agentes de la Policía Nacional evitó mayores disturbios con la tripulación.

El portacontenedores Maersk Maryland, con bandera de Reino Unido, y procedente de Nigeria, desembarcó la noche del jueves en el puerto algecireño, donde hizo escala antes de partir para Cotonou (Benin). El capitán declaró, como así señala el procedimiento internacional, la presencia de cinco polizones en el interior del barco, por lo que solicitó la presencia de un vigilante de seguridad hasta su retorno.

El altercado se produjo por la mañana, alrededor de las 9:30 horas, según informó la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Mientras el barco se traslada a otra dársena para repostar combustible, los polizones se apropiaron de palos y otras armas y retuvieron a un marinero filipino -la mayoría de la tripulación tiene esta nacionalidad-.

Tras el aviso por parte de los mandos de la situación que se estaba viviendo a bordo, varios furgones de Policía Nacional y dos patrullas de la Guardia Civil, acuden hasta el muelle Isla Verde exterior, donde se encontraba el barco. Finalmente, tras varias horas de negociación -12:00 horas-, los agentes consiguen que los ilegales abandonen las armas y dejen libre al marinero, que no sufrió daños.

Posteriormente, los policías tomaron la filiación a cada uno de los nigerianos y abandonaron el barco, dejándolos bajo la custodia del capitán, quién deberá encargarse de dejarlos nuevamente en el puerto de Nigeria, donde embarcaron de forma ilegal, como así lo exige la normativa internacional.

La presencia de polizones en los barcos procedentes de países africanos es bastante frecuentes. No obstante, no suelen producirse motines u otros enfrentamientos con la tripulación, de ahí la alarma producida ayer en el puerto algecireño. De todos modos, los compañías armadoras en los puertos schenger, como el caso de Algeciras, disponen de un vigilante de seguridad, para estas y otras situaciones conflictivas que se puedan producir a bordo de los barcos de la compañía. Así mismo, las embarcaciones disponen de una cámara para custodiar a las personas que acceden de forma ilegal, lugar en el que están retenidos hasta que son puestos a disposición de las autoridades de su país de origen.