Algeciras

La masiva votación en EEUU reforzó las opciones de Obama

  • Múltiples quejas por el mal funcionamiento de los aparatos de votación electrónica en los estados clave jalonan una jornada que se desarrolló entre colas kilométricas frente a los colegios electorales

Con una participación masiva, Estados Unidos celebró ayer unas elecciones históricas en las que el demócrata Barack Obama se enfrentaba al republicano John McCain para suceder a George W. Bush en la Casa Blanca.

Las filas kilométricas fueron la tónica dominante desde primera hora de la mañana en todo el país, que además de elegir al nuevo presidente, renovaba el pleno de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 11 puestos de gobernador.

La participación masiva originó problemas con las máquinas de votación en estados como Nueva Jersey y Nueva York.

"A las 07:30 de la mañana había votado ya tanta gente como a las 12 del mediodía en 2004", dijo John Ritch, funcionario de un colegio electoral en Chappaqua, Nueva York, en declaraciones al diario The Wall Street Journal, en un reflejo del entusiasmo despertado por estos comicios.

También algunos estados considerados clave en las elecciones presidenciales registraron problemas con las máquinas electrónicas de votación, informaron varios observadores y medios de comunicación estadounidenses.

Según estas fuentes, las máquinas electrónicas de votación en algunos centros electorales de Pensilvania, Ohio, Florida, Virginia y New Jersey no están funcionaron adecuadamente, lo que redundó en largos tiempos de espera para emitir el voto.

Todos estos estados eran decisivos para alcanzar la Presidencia del país y tanto John McCain, candidato republicano, como Barack Obama, demócrata, habían centrado en ellos buena parte de su campaña.

Los problemas más comunes denunciados por organizaciones de observadores electorales y voluntarios fueron dificultades para encender las máquinas en algunos centros, o máquinas que se apagaron inexplicablemente en medio del proceso de votación.

En Richmond y Fairfax, Virginia, la CNN informó de que algunos centros de votación tuvieron que ofrecer a los votantes papeletas tradicionales debido al mal funcionamiento de las máquinas para votar. Algo parecido ocurrió en una localidad del norte de Nueva Jersey, pero la falta de previsión motivó que las papeletas se agotaran poco después de abrirse los centros electorales y las autoridades tuvieron que empezar a fotocopiarlas rápidamente.

En Florida, muchos votantes informaron de "serias" incidencias con las máquinas de votación con pantalla táctil, especialmente en el Condado de Hillsborough. En total, este Estado registró 1.400 quejas de los electores.

En Princeton, New Jersey, un votante informó de que posiblemente votó dos veces debido a un error de la máquina, aunque es imposible probarlo debido a que estos aparatos no proporcionan comprobantes impresos del voto.

Ésta era la principal queja de la mayoría de los críticos de este sistema pues argumentan que es imposible recontar los votos en el caso de que las máquinas se averíen.

Durante el periodo de voto anticipado, algunas máquinas electrónicas de votación de Virginia Occidental y Carolina del Norte cambiaron inexplicablemente la elección de los votantes, lo que las autoridades atribuyeron a fallos en el ajuste de los aparatos.

Obama y sus correligionarios demócratas partían como claros favoritos en unas elecciones en las que se esperaba dar la vuelta al mapa político de Estados Unidos.

El enorme interés suscitado por esta contienda era claro en lugares como Ohio, el Estado que dio la victoria a Bush en 2004 y donde los votantes más madrugadores comenzaron a hacer cola más de una hora antes de la apertura de los colegios electorales. Las proyecciones señalan que la participación podría superar el 80% en el Estado.

Escenas similares se repetían en lugares como Virginia, contiguo a la capital, uno de los al menos ocho estados que ganó Bush en 2004.

En total, 153,1 millones de personas se habían registrado para votar, el 73,5% de los mayores de 18 años y la cifra más alta desde que en 1920 se permitió el sufragio femenino, según un informe divulgado el pasado fin de semana por la American University.

Alrededor de 30 millones de electores depositaron sus papeletas antes de la cita de ayer en los 34 de los 50 estados del país que permiten el voto por adelantado, una cifra récord.

Por otro lado, a la espera de que se concretasen los resultados definitivos, la gran pregunta de la jornada electoral seguía siendo qué papel podría tener el racismo a la hora de que los votantes se enfrentasen en la soledad de la cabina electoral a las dos principales opciones.

El propio Obama esperaba que el factor raza no tuviera ninguna importancia. "Se ha hablado mucho de este tema. No sé, no creo que los votantes blancos hayan recibido un informe sobre el efecto Bradley", bromeó durante la campaña el senador por Illinois en el programa de humor The Daily Show. Tampoco su rival consideraba la raza como un aspecto clave de las elecciones. "Existe racismo en Estados Unidos, todos sabemos eso, pero estoy totalmente convencido de que el 99,44% de los norteamericanos toman su decisión basados en quién es el mejor para dirigir esta nación", dijo en una entrevista con la cadena de televisión CNN.

Pero ¿qué es exactamente el efecto Bradley? El nombre se lo dio involuntariamente Tom Bradley, que siendo alcalde de Los Angeles perdió las elecciones para gobernador de California en 1982 a pesar de que las encuestas le otorgaban una cómoda victoria.

Según los analistas, Bradley perdió porque los ciudadanos dijeron en los sondeos que votarían por él, pero a la hora de emitir su sufragio lo hicieron por su rival blanco, George Deukmejian.

La situación estuvo a punto de repetirse seis años después: Douglas Wilder llegó a las elecciones a gobernador de Virginia con una ventaja de nueve puntos en las encuestas. Wilder se convirtió en el primer gobernador negro de EEUU, pero por apenas medio punto porcentual.

Desde entonces los negros han ganado muchas elecciones, y algunas con comodidad. Pero Obama, primer candidato afroamericano con opciones reales de alcanzar la Casa Blanca, pisaba terreno desconocido.

Entre los comentaristas políticos la opinión mayoritaria es que no habría efecto Bradley. "Yo creo que la gran mayoría de los estadounidense ven esta elección por lo que es, un referéndum sobre el futuro de nuestra nación, no un concurso de popularidad a decidirse por raza, sexo o edad", aseguró recientemente para CNN la analista Donna Brazile.

Negro y demócrata, como Brazile, es el ex baloncestista Charles Barkley. Pero él sí creía en el efecto Bradley. "Hay personas que dicen que sí, que aparecen en la televisión y dicen que votarán por un tipo negro, que (sin embargo) no lo han hecho, que han votado por John McCain", sostuvo el ex astro de la NBA, que aseguró que algún día luchará por ser gobernador de su Estado natal, Alabama, uno de los principales bastiones del republicanismo más conservador.

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