Algeciras

Nuevos desprendimientos alertan de la inseguridad en la carretera al Faro

  • Los vecinos piden que se frenen los deslizamientos de un talud antes de que se desplome con la lluvia La invasión de arena y piedras en el asfalto, otro riesgo para los conductores

De un granito de arena se hace una montaña. Eso es lo que piensan los vecinos de la urbanización El Faro, que vuelven a toparse con baches y con desprendimientos en la carretera que conecta su núcleo urbano con Getares. Afloran cada vez más y la amenaza de desplome de un talud está a simple vista. Son alrededor de 600 las personas que viven en El Faro, muchos usan la carretera hasta tres y cuatro veces al día, pero no sólo es una zona residencial, el tráfico ha aumentado con los dos restaurantes y es la única vía para acceder a lugares de referencia turística, tanto para senderistas como para avistamiento de aves por la ventajosa visión del Estrecho de Gibraltar.

La asociación vecinal La Conejera de El Faro alertó ayer que "cuanto más tiempo lo dejen peor", denunciando un aumento de los deslizamientos de tierra con la llegada de las lluvias. No es la primera vez que tienen este problema. En el año 2012 los desprendimientos invadieron la carretera, colocando el Consistorio un vallado de seguridad que obligaba a los conductores a invadir el carril contrario y que tacharon de inseguro. En 2013 la Consejería de Medio Ambiente de la Junta abrió un expediente sancionador al Ayuntamiento por no restaurar los taludes.

La asociación vecinal apuntó que hay una situación no de alarma, pero sí de preocupación y lo han trasladado en reuniones y por escrito a los técnicos municipales. Los problemas no son sólo los desprendimientos, sino los socavones que son "trampas" para los conductores. Este diario se puso ayer en contacto con el Ayuntamiento, para conocer las actuaciones que se llevan a cabo en materia de seguridad, pero no obtuvo respuesta.

Los vecinos consideran que es necesario un mantenimiento de los taludes para evitar riesgos para vehículos, ciclistas y viandantes. En la zona del carril-bici son muchos los trozos de roca que van cayendo y pueden convertirse en un serio obstáculo para los ciclistas, además de las piedras y la tierra que pueden invadir la carretera y provocar deslizamientos en los coches.

Uno de los taludes, cercano a la cala de La Ballenera, es el que ofrece una imagen de mayor inseguridad. La capa de cemento que mantenía el talud se ha ido rompiendo a lo largo de los años y presenta actualmente una gran cavidad que lo muestra hueco, lo que supone un riesgo evidente de desplome en caso de lluvia o viento. Por ello, desde La Conejera piden que se haga uso de ese cemento especial y se mantenga para evitar que vuelva la inseguridad, más allá de levantar un muro de contención en un espacio que apenas tiene arcén.

Lleva meses reclamando mejoras en la carretera, a nivel de asfaltado y para poner freno a los desprendimiento. La Conejera recordó que ya no se trata de un asunto de la comunidad de propietarios del Faro. "Lo que nos toca a nosotros lo pagamos y arreglamos nosotros" pero la situación de la carretera repercute a toda la ciudadanía.

En el caso de los baches, la asociación puso el acento en uno de ellos que está cerca del acceso a La Ballenera, que calculan que mide 20 centímetros, y otro en la zona del puente pasando el restaurante Marcos, que lleva denunciado por peligrosidad desde hace nueve meses. Los conductores tienen que invadir el carril contrario porque no hay forma de sortear el bache, "cualquier día habrá un accidente y lo hemos alertado, además de no tener ningún tipo de advertencia, al menos una señal", alertó la asociación de vecinos.

A todo ello suman los monolitos de hormigón que separan la carretera del carril bici y que "nadie entiende", según la asociación, ya que "rompe los coches". Deberían ser de goma, señala, que sirva de advertencia pero no destroce vehículos. "Como te desvíes diez centímetros ya tienes el coche roto".

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