Esta semana se cumple un mes de los anunciados 85.000 euros por parte de la Junta de Andalucía para la reparación urgente del techo del salón de actos de la Escuela de Arte y Oficios. Ni una carta al respecto de la administración andaluza ha recibido la dirección de la escuela para avisar del proyecto, según comunicó ayer el director Diego Martín a este diario. "¿Noticias?, ninguna". Con esa claridad hablaba ayer el docente al tiempo que los alumnos empiezan a decir bien claro que se sienten inseguros y planean protestas para reivindicar una rehabilitación integral.

Los mayores perjudicados por esta situación de abandono que sufre el edificio son los propios alumnos -unos 250- y no podían quedar al margen. Animados por la huelga de educación planteada para hoy a nivel nacional contra el sistema educativo, quieren reivindicar sus propias necesidades, aunque aún es pronto para planificar un calendario reivindicativo, tal y como explicó la representante de los alumnos, Ana Navarro.

"Realmente no nos sentimos seguros porque, aparte de la estructura de la escuela, dentro de las clases hay cables sueltos, las bombillas y las lámparas están sueltas...", afirmó con rotundidad Navarro, incluso apuntando que hay leyes de seguridad en materia de incendios que no se cumplen porque las puertas se abren de forma contraria a lo dispuesta. Insistió Navarro que impacta a la comunidad educativa que haya quien defienda que la escuela está bien, considerando que serán aquellos que no están en el día a día.

Los estudiantes quieren denunciar la situación que viven a diario, pero no se plantean una concentración sino protestas artísticas y originales, como dar clases al aire libre para hacer constar la inseguridad dentro del aula, exposiciones de fotografías para hacer visible las deficiencias del edificio o charlas informativas en otros centros educativos. "Queremos que la gente se dé cuenta que la escuela se está cayendo, mostrar a la calle cómo vivimos nuestro día a día".

Navarro defendió que la intención a la hora de protestar es provocar alguna reacción a través del arte, con la intención de llegar la escuela a la calle. La representante de los alumnos afirmó que tienen muchas ganas de sacar adelante la escuela, un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC). "Aquí pasamos muchas horas y nos importa, queremos conseguir un mayor apoyo", señaló.

La portavoz fue desgranando los problemas de la escuela, empezando por la fuga de 14.000 litros de agua al mes al que la Junta no ha dado solución, o los grandes ventanales deteriorados que o bien no permiten ser abiertos, generando un gran calor en verano, o al estar algunas rotas permiten que se filtre el frío y la lluvia en invierno. En cuanto a los techos, denunció Navarro que se encuentran "en ladrillo vivo", mientras que el tejado no está arreglado al completo, con vegetación que va creciendo y provoca la rotura que ha llevado a la caída de una pequeña parte de la escayola del salón de actos, según apuntó la representante de los alumnos.

Por otro lado, el director anunció que un técnico de la Agencia Pública Andaluza de Educación -encargados del mantenimiento y arreglo de los centros educativos salvo Primaria- estuvo el lunes en el edificio revisando aula por aula para anotar las deficiencias. Y es que Martín incluso considera que ni la agencia tiene constancia de este proyecto. En el caso de la inversión para arreglar el techo del salón -clausurado desde mediados de julio por un desprendimiento de la escayola- se enteraron por los medios de comunicación.

Para paliar la ausencia del salón de actos las clases de Artes Escénicas se están impartiendo en el edificio I+D+i, mientras que en el Centro Documental José Luis Cano se han realizado algunas charlas y conferencias. Martín defendió que al menos están cubiertos con estas infraestructuras cercanas, pero no deja de suponer un desplazamiento de los estudiantes.