Algeciras

La fe de la Bajadilla, en manos de voluntarios

  • Los feligreses llevan casi seis meses sin párroco en la iglesia El día a día y el mantenimiento lo realizan los vecinos, apoyados por el arcipreste y el diácono

Sentada en el último banco de la iglesia está Rufina. Aguanta la mirada amable a todo el que entra, paciente junto a un cepillo con velas sobre el que posa un llavero, ella espera. Desde hace casi seis meses imita los mismos pasos. A sus 85 años abre cada día a las 11:30 horas la parroquia Santa María Micaela de La Bajadilla. No hay párroco desde entonces y ella es una más de un pequeño gran grupo de voluntarios que mantiene vivo el templo, a prueba de una fe inquebrantable de todos ellos.

Se entretiene viendo pasar a los feligreses. Dos mujeres entran con flores, otra sigilosa se sienta en uno de los laterales de la parroquia. Rufina se queda hasta que el reloj roce la una, luego cierra y hasta las seis de la tarde no vuelve. Mientras una señora se sienta junto a ella y otra le compra una vela por 50 céntimos aparece un hombre sin mediar palabra y le deja colgada una bolsa de pan -su panadero-. La voluntad de rezar persiste en algunos ciudadanos, aunque la juventud en su mayoría ha dejado de lado a la parroquia.

"El cura no dijo ni adiós", señala una feligresa. Y es que la parroquia lleva desde finales de enero sin un líder espiritual, sin un párroco titular y esa situación angustia a los creyentes. Algunos excusan la tardanza pero la mayoría siente ese vacío al que no ha dado respuesta el Obispado de Cádiz.

Este diario se puso en contacto con la Diócesis de Cádiz y Ceuta, que comunicó que actualmente es época de nombramiento por lo que esperan cubrir las vacantes, señalando que un caso similar se ha vivido en Alcalá de los Gazules al fracturarse una pierna el párroco titular. Ante esta situación se encarga al sacerdote de zona que atienda las misas. Pese a esta respuesta, para los feligreses no es un hecho normal el de la Bajadilla porque el último párroco se marchó de un día para otro y eso fue a finales de enero, prácticamente seis meses sin un referente en la parroquia.

El caso del último párroco, sin embargo, nada tiene que ver con el del resto de sacerdotes de la zona. Juan Siles, que acude cada día en condición de "ayudante" a la iglesia y cuida con mimo los documentos y libros que allí se cobijan, agradece profundamente la gestión del arcipreste Francisco Correro Tocón, párroco del Corpus; así como la del vicario Juan José Marina.

Y no es el único que "a golpe de fe" está aportando su granito de arena. Virgilio Moreno, diácono permanente que fue homenajeado por jubilación el pasado diciembre tras más de cuarenta años de servicio a la comunidad, fue invitado a volver ante la ausencia de párroco y se encarga de la liturgia de la palabra casi todas las tardes, aunque su cargo no le permite consagrar ni confesar, algo que algunos feligreses echan en falta.

Si hay alguien que conoce bien la parroquia precisamente es Siles. "Aquí todos somos voluntarios", a un paso de cumplir los 70 años siempre ha estado vinculado al templo de la Bajadilla y se conoce bien su historia: desde que pertenecía a la iglesia de San Isidro, hasta que se trasladó al comedor del colegio de la barriada y finalmente se edificó el espacio actual, inaugurado en 1965 cumpliéndose en este 2015 sus 50 años. El primer párroco fue Manuel Ignacio Galtier.

Echando la vista atrás recuerda un caso similar al que hoy viven. Entonces casi dos años estuvieron sin párroco hasta que llegaron unos Hermanos Franciscanos. Pero en este caso todos coinciden que algo fue diferente, a la feligresía no le dijo nada el párroco, se marchó y para Siles quizás al Obispado "le pilló fuera de juego la situación", intentando entender la razón de la tardanza al cubrir la vacante. Lo peor es que no paran de sucederse los rumores, sobre quién y cuándo vendrá un nuevo párroco y, mientras, ha pasado Semana Santa y las fiestas en torno a la Virgen de Fátima de mayo.

Curiosamente bromea Siles al decir que no tienen párroco pero es la iglesia que más sacerdotes tuvo en mayo. Al ser sus fiestas con la imagen de Fátima en el templo tuvieron un calendario especial y hubo misas todos los días, contando entre otros con Rafael de la Palma, Marina, Correro, e incluso el Padre Llanes. Pero cierto es que les falta un párroco, "un piloto", usando el simil de un avión con tripulantes reconoce Siles.

Los fines de semana se ofrecen misas. En julio y agosto será Correro el que no les deje solos cada domingo a las 9:00 horas. Y mientras llega o no el párroco que tanto profesan ahí sigue con vida la iglesia, cada lunes con voluntarias que la limpian y cuidan las flores y así mientras el diácono bautiza y casa a los que se aferran a este templo. Y eso que incluso han pedido a la Virgen de Fátima un nuevo sacerdote sus feligreses, e incluso una vecina se ha atrevido hasta a comunicarse con el Papa Francisco por las redes sociales, que le respondió dice, pero no se obró el milagro. Por lo que pese a todo siguen "sin noticias de Dios".

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