Al compás de su guitarra y entre gélidos rayos de sol de este incipiente diciembre el genio universal de la guitarra se rodeó ayer del calor de sus amigos y familiares. El descubrimiento en el cementerio municipal de Algeciras del mausoleo en el que descansan los restos mortales de Francisco Sánchez Gómez, Paco de Lucía, se dibujó como un nuevo y sentido homenaje a su memoria por la ciudad que le vio nacer.

A las cuatro de la tarde se fijó este acto que contó con la presencia de la viuda del genio, fallecido el pasado febrero, Gabriela Canseco, junto a sus hijos menores Diego y Antonia. El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, les esperó en la puerta del camposanto para acompañarles hasta el patio San José, lugar en el que se ubica el mausoleo, ejecutado por el Ayuntamiento siguiendo los expresos deseos de la familia. 

Un silencio roto por el hilo melódico de la música de Paco de Lucía les condujo hasta el interior del mausoleo donde les esperaba Pepe de Lucía, hermano del guitarrista. Decenas de miradas atestiguaron ese momento tan íntimo de su viuda e hijos al acercarse a la tumba de su marido, de su padre. Las lágrimas hicieron visible el desconsuelo de la pérdida. Gabriela y Diego se acercaron al frío mármol y posaron sus manos hasta que segundos después Antonia corrió hacia su madre para fundirse juntos en un solo abrazo. Muy cerca y visiblemente compungido Pepe de Lucía observaba a su familia. 

Aunque fue de las últimas en tomar la palabra durante el emotivo acto, Gabriela Canseco quiso devolver el cariño recibido de la tierra natal del que fue su marido:“quiero agradecer al pueblo de Algeciras porque nos dio a Paco, de verdad muchísimas gracias a este pueblo, lo quiero con todo el corazón, con toda el alma porque es el pueblo de Paco, es el que nos dio a Paco. Y también quiero agradecer a Pepe porque ha puesto todo su cariño aquí y se nota y se siente y esto se va a quedar para toda la vida”.

El primer edil de la ciudad, por su parte, se dirigió a los presentes para expresar que Algeciras sigue mostrando su cariño a Paco de Lucía, que quiso descansar para siempre en la tierra que le vio nacer, y así “se lo hace llegar a sus seres queridos en todo momento”. Apuntó que todo lo que se ha hecho ha sido lo que ha pedido la familia, “poniendo en ello cariño y respeto, el mismo que le ha tenido, le tiene y le tendrá siempre”. “Tenemos una suerte, que él nació y ha vuelto a su tierra, casa y ciudad y que nosotros, Algeciras, va a hacer las cosas como él se merece”. Hizo hincapié en la labor de Pepe, como gran artífice del espacio en el que ayer se recordó al guitarrista. 

Antes de que se tomara la palabra en el acto y tras esos minutos eternos de reencuentro se fueron descubriendo, poco a poco, los detalles del mausoleo. El alcalde junto a Pepe de Lucía y la propia Gabriela Canseco se encargaron de ello. Primero se descubrió tras una bandera de Andalucía una guitarra de metal con una frase grabada del flamencólogo FélixGrande:“respetó la tradición pero desobedeció”, a lo que su hermano precisó que se debía a que “siempre innovó en la vida”. Tras la bandera de España estaba la escultura de sus manos y sobre la tumba un busto de su rostro –ambos obra del linense NachoFalgueras–, que se hizo visible detrás de la bandera algecireña con una placa que decía “genio entre genios”.

Una vez quedaron desvelados todos los detalles del mausoleo Pepe de Lucía se dirigió a los testigos de ese íntimo homenaje para recordar que su hermano “fue un gran hombre y siempre fue con las manos por delante en todos los sentidos”. Conmovido por el discurrir del acto confesó tener un nudo en la garganta que le impedía cantar.

Algunos de los momentos más emotivos y flamencos vinieron de la mano de sus amigos, como el gaditano Antonio Martín, que se acercó con algunos componentes de su comparsa para regalar el pasodoble que le dedicó al genio pocas horas después de su fallecimiento mientras competía en el Carnaval de Cádiz del pasado año. El inconfundible toque de Entre dos aguas irrumpió de nuevo culminando con las sentidas letras dedicadas a su memoria. 

Tras esa carga emotiva Pepe de Lucía le pidió al algecireñoJuan José Téllez, antiguo director de Europa Sur y biógrafo del guitarrista que expresara algunas palabras apuntando que “eres como otro hermano más de la familia”. Respondió a la petición con unas sentidas palabras:“es muy complicado decir algo cuando tanto se ha dicho y sentido en los últimos meses y cuando veo a Gabriela, a sus hijos Diego y Antonio, a su hermano Pepe, a sus sobrinos y veo el frío mármol y el calor de la memoria y ese retorno a la Algeciras que siempre quiso”. Concluyó Téllez sosteniendo que Paco de Lucía dio su vida “por la memoria nuestra, ojalá nosotros sepamos aprovecharla”.

Un nuevo relámpago de arte vino de la mano de la voz al cante del granadino Morenito de Íllora, que mostró su pesar entre quejíos flamencos que arropó al silencio del lamento. El almeriense Tomatito tomó parte en el acto para reconocer que no tenía palabras, “ha sido todo para el flamenco de mi época, de todos los guitarristas, siempre va a estar con nosotros su música y lo recordamos siempre, por lo menos en mi casa todos los días está él”.

Para culminar el acto nuevamente Pepe de Lucía se dirigió a los testigos del homenaje, entre ellos sus sobrinos Ramón Sánchez y Maite Banderas y todo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Algeciras, a los que invitó a subir si alguien quería participar. “A partir de ahora lo único que pretendemos es que mantengamos y asimilemos que éste es el eterno rincón donde el gran maestro de la guitarra y gran hombre va a descansar durante toda su vida”. Su hermano reconoció que a Paco le gustaban mucho las rosas de color rosa y no dejó escapar el hecho de la cercanía de su madre y sus hermanos.

Tras la despedida afloraron los ramos que se depositaron en el mausoleo, entre ellos una guitarra de flores blanca. Falgueras, que casi pasó desapercibido, recibió al finalizar el abrazo de los familiares del genio. Apuntó el escultor linense que cuando falleció se puso a disposición del alcalde para lo que quisieran y se puso en contacto con Pepe de Lucía para dar luz a todo el arte que desde ayer y para siempre reposa en la ciudad.