Sergio González Otal recibió ayer la Medalla al Mérito en el Trabajo en un emotivo acto en el que volvió a dar muestras de su gran profesionalidad pero, sobre todo, del gran amor que profesa a su familia. El veterano periodista recibió el galardón de manos del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una ceremonia celebrada en los jardines del hotel Reina Cristina, a la que asistió una nutrida representación de las autoridades comarcales.

Otal quiso compartir el premio con su esposa, María Visitación Tovar, a la que definió como su verdadera "medalla" y a la que le prometió "gratitud eterna".

El Hijo Adoptivo de Algeciras agradeció en primer lugar al diputado Salvador de la Encina y al senador José Carracao su iniciativa para otorgarle la distinción. Un reconocimiento, dijo, que le despierta un doble sentimiento de "felicidad" y "agradecimiento".

El que fuera director de Radio Algeciras durante 17 años recordó su infancia en las montañas aragonesas, donde junto a su familia sufrió el "castigo de arrancar el fruto a la tierra en la España de 1938", año que le vio nacer. Otal relató que su generación padeció la precariedad de la guerra y la posguerra, y contribuyó con su esfuerzo al engrandecimiento de la sociedad española.

Su "inventario vital" le llevó luego al colegio internado de Madrid, donde estuvo desde 1946 a 1953. "Fue un tiempo duro, pero también feliz porque nos enseñaron el camino para ganarnos el pan", dijo. A los 17 años ingresó en la "fábrica de los sueños" de la radio. Una pasión -ligada a la Cadena Ser- a la que ha dedicado 53 años, los más "fructíferos" de su vida.

"La radio y yo nos prometimos amor eterno", señaló Otal, que definió de "maravillosos" los años que estuvo como director de Radio Algeciras, entre 1966 y 1983.

El periodista hizo un "aparte" para su etapa en la ciudad, ya que en ella conoció a su esposa, "aquella muchacha siempre guapa y discreta que me dio el sí quiero". Otal habló con devoción de sus cinco hijos y seis nietos, y agradeció el cariño que le ha dado Algeciras.

"Sólo a un superhombre le es posible obtener esta medalla por sus propios medios. Por ello le propongo a la ministra de Igualdad que este título sea compartido. En mi caso, con mi esposa, de profesión ama de casa, que ha trabajado diariamente 15 horas durante 40 años. La mujer que crió y educó a mis hijos, que soportó mis ausencias y me acompañó sin quejas en mis viajes profesionales. Para ti mi gratitud eterna María, tú si que eres mi medalla", expresó el galardonado visiblemente emocionado, que arrancó un sonoro aplauso de los presentes.

Pérez Rubalcaba cerró el acto destacando el talante del premiado y el reconocimiento unánime por parte de la comarca. El ministro también tuvo palabras para su esposa: "Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer".