La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, reveló el pasado martes que la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras ha logrado intervenir ya este año cuatro veces más cantidad de cocaína que en todo 2012. En números redondos, 2.000 kilos de esta droga frente a los 500 del año pasado.

Crespo visitó las instalaciones de la Guardia Civil y allí estaban expuestos los 340 kilos de coca incautados en la última gran actuación en esta materia, el resultado de la operación Aventador. En agosto otro destacado operativo se hizo con 670 kilos. Es decir, en sólo dos intervenciones recientes se ha sumado más de una tonelada de droga abortada.

En ambos casos la cocaína llegó, trató de pasar, por el mismo método. Oculta en contenedores descargados en el puerto que tenían mercancía legal. Es el sistema que se conoce como de gancho perdido o rip-off.

Este método consiste en introducir la droga en el contenedor en el puerto de origen o escala, con desconocimiento de la empresa exportadora de la carga legal que transporta. Se rompen los precintos, se mete la coca y se cierran de nuevo. Una vez que el contenedor está en el puerto de destino personas de la misma organización retiran el estupefaciente tras romper esos segundos precintos del contenedor y los sustituyen por unos terceros precintos falsos que la propia red remite junto con la droga. La idea es aparentar que los contenedores no han sido manipulados y salvar los controles policiales y aduaneros.

Esta forma de actuar es la que trae tanta cocaína a Algeciras, puesto que el elevadísimo tráfico de mercancías de su puerto ofrece más posibilidades de ocultación. Dicho de otra manera, los delincuentes prefieren, claro, camuflar entre mil que entre cien. Valencia, Vigo, Barcelona o Bilbao también son focos de atracción para el gancho perdido.

Hay que tener igualmente en consideración que la aludida capacidad comercial del puerto, uno de los más importantes de Europa, hace que arriben a la ciudad portacontenedores procedentes de Sudamérica, donde están ubicadas las mayores plantaciones de esta droga. Un ejemplo: la Policía de Ecuador anunció también en agosto que había intervenido en el puerto de Guayaquil un cargamento de nada menos que más de cuatro toneladas de coca. El destino era Algeciras.

El Instituto Armado expone que, si bien el puerto algecireño siempre ha sido susceptible de intentos de entrada de cocaína, es a partir de 2007 cuando se observa una continuidad en las intervenciones. Entre las características principales del método del gancho perdido figura que la cantidad de droga que se envía de un país a otro no es muy elevada. Así las cosas, se precisa una escasa infraestructura delictiva para sacar la coca del recinto portuario.

La Guardia Civil de Algeciras explica que realiza un trabajo "permanente" de análisis de riesgos de entrada de cocaína mediante este sistema. Esta labor, unida a otros parámetros obtenidos del estudio delincuencial realizado por la jefatura de la Comandancia, motiva servicios propios cuyo primer objetivo es detectar y posteriormente abortar cualquier intento de introducción de cocaína.

Todos los efectivos de la Comandancia están implicados de alguna manera en los operativos que se llevan a cabo. Cuando se explota una operación aparecen unidades que han llevado directamente la investigación, pero la actuación no podría haber llegado a buen puerto, y nunca mejor dicho, sin la colaboración de otras. En el recinto portuario funciona la Unidad de Análisis de Riesgo (UAR), que está integrada por la Guardia Civil y por funcionarios de la Agencia Tributaria, organismo que igualmente trabaja y se emplea para poner fin a la distribución de droga.

La Guardia Civil señala que de las principales operaciones que se han realizado en la Comandancia contra el tráfico de cocaína, como la Espuela o la Plus, se puede concluir una tipología de las organizaciones delictivas que se dedican al gancho perdido. Detalla que son grupos organizados que, con apoyo de personal que trabaja directa o indirectamente en el puerto, logran llegar hasta los contenedores que transportan la droga. Conseguido esto, el paso siguiente es sacarla del puerto.

Ese paso no se ha logrado dar, se ha evitado, en 2.000 kilos de cocaína sólo este año. Cuando esa droga ha salido del puerto ha sido para quedar expuesta en la Comandancia, como el pasado martes.