Sin intención quizás de ser premonitorio Gabriel García Márquez publicó en 1981 una novela llamada Crónica de una muerte anunciada. Un título cuya frase desprende más que un desgaste, una muerte paulatina y aletargada que se intuye, como la que está viviendo la calle Ancha -rotulada oficialmente como Regino Martínez-. Un 15,5% de los locales comerciales que pueden reconocerse a simple vista han cerrado sus puertas en las últimas semanas debido a la crisis y al precio de los alquileres.

Entre carteles en los que se lee "se alquila" o "liquidación por cierre" y algunos, con la suave intención de ser menos agoreros, que informan a sus clientes que se trasladan al centro comercial Puerta Europa, está esta vía. Alrededor de 45 locales comerciales existen, a pie de calle, en la calle Ancha, lo que significa el centro neurálgico de la ciudad.

El comercio tradicional lleva años solicitando un toque de atención, una pequeña gran ayuda para motivar a la ciudadanía a quedarse en el centro, en el que por otro lado parecía que sólo respiraban con tranquilidad las marcas conocidas. Sin embargo actualmente son éstas las que están emprendiendo la huida. La primera en marcharse de la calle Regino Martínez fue la conocida tienda de moda juvenil Bershka, tras ella han ido cayendo Inside y ahora le ha tocado el turno a Pull & Bear. Las tres se han trasladado al centro comercial Puerta Europa, aunque intentaron mantener en ambos sitios abiertas sus tiendas.

A este cierre se han sumado más de ropa, complementos y zapatos, una de ellas anuncia incluso que seguirán atendiendo en la calle San Antonio, lo que demuestra que incluso en la zona centro es menos rentable la calle Ancha. Ante tal panorama muchos ciudadanos se preguntan qué pasará con las tiendas que aún existen, algunas incluso se encuentran también en el centro comercial, lo que siembra más sombra de duda sobre la supervivencia y vitalidad de la calle Regino Martínez como tal. Incluso en la casa donde nació José Luis Cano cuelga un cartel que invita a su alquiler desde hace meses.

En esta calle se pueden encontrar por ahora alrededor de cuatro zapaterías y unas diez tiendas de ropa, siendo ya la mayoría de corte tradicional; además hay cinco entidades bancarias; dos tiendas de telefonía móvil; sedes públicas de la subdelegación del Gobierno de la Junta de Andalucía y del propio Ayuntamiento de Algeciras; cuatro locales dedicados a la restauración, desde un conocido restaurante de comida rápida a dos cafeterías de gran antigüedad; persiste también una pequeña panadería y una tienda de embutidos. En las galerías que conectan con la calle Ancha resiste quién puede, e incluso la conocida tienda Tati, de moda infantil, cuelga un cartel en el que se lee: "liquidación por jubilación".

Si Regino Martínez y José Luis Cano se asomaran al balcón hoy día probablemente se preguntarían si la muerte de su calle fue anunciada o simplemente súbita.