Hace hoy justo una semana que el pleno del Ayuntamiento de Algeciras aprobó las ordenanzas fiscales que regirán en 2013. De sobra es sabido ya que el principal titular de los impuestos para el año que viene es que se congelan. Eso como norma general y en la gran mayoría de los casos. Alguna tasa, no obstante, varía. Y sólo una, según ha resaltado el equipo de gobierno, sube. Se trata de la que grava la ocupación de la vía pública por parte de los cajeros automáticos.

Según ha explicado el PP, el impuesto local a los cajeros no sólo sube, sino que lo ha incrementado un 100%. De una tasa de 250 euros anuales por cada uno de estos aparatos se pasará a una de 500. Lo cierto es que el impacto en las arcas municipales será bastante relativo, pero ahí está el potencial simbólico en unos tiempos de rescates y en los que muchos exigen más esfuerzos a las entidades bancarias en las procelosas aguas de la crisis.

El impacto en las arcas algecireñas será relativo porque el impuesto grava a los que se podrían denominar como cajeros exteriores. Y de éstos en la ciudad sólo hay 37. Es decir, que si se aplicara esa tasa de 500 euros a cada uno de ellos saldría una recaudación de 18.500 euros anuales, o sea, 9.250 euros más que a 250. No obstante, esa muesca política se la ha sabido apuntar el PP y, al margen de política y números, el equipo de gobierno ha remarcado también que doblar el impuesto hace que se sitúe en Algeciras al nivel que se encuentra en otras localidades y no manifiestamente más barato.

Muchos probablemente hasta desconocían la existencia de tal impuesto. Y en realidad es reciente. O, mejor dicho, legalmente reciente. Fue en febrero de 2009 cuando el Tribunal Supremo creó jurisprudencia y avaló la imposición de esta tasa. La Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) había presentado un recurso de casación contra la creación de esta ordenanza en Palma de Mallorca.

La sentencia del Supremo consideró que los cajeros automáticos "constituyen auténticas oficinas de urgencia de las entidades financieras", que ofrecen servicios de forma continua y obtienen el consiguiente provecho económico.