Manuel Pérez Ruiz

La integración tecnológica, el reto

l Jornada #AgTech: Agricultura de Precisión y Nuevas Tecnologías Agrarias

DESDE la universidad y el sector público en general en los últimos años se ha avanzado mucho en el desarrollo de tecnologías para el sector agrícola. Como profesor e investigador he tenido oportunidad de ser testigo y participar activamente en el estudio de alguno de estos avances, que han supuesto la incorporación al vocabulario agrario de nuevos términos como sensorización, fenotipado, mapas de prescripción, drones, autoguiado, agsoftware o big data.

El resultado de todo este trabajo es un amplio conjunto de herramientas de agricultura de precisión funcionales y disponibles comercialmente para su implantación. Llegados a este punto, quizás sea el momento de centrar los esfuerzos en adaptar los flujos de trabajo y en incorporar estos nuevos avances en la estructura del sector agrícola con la colaboración de cooperativas, asociaciones, empresas de servicios, etc. Construir una buena integración, que resuelva problemas reales y concretos en el campo, puede ser la clave para el éxito de los servicios o productos de agricultura de precisión.

Recientemente he tenido ocasión de debatir este y otros aspectos durante la celebración de la jornada #AgTech: Agricultura de Precisión y Nuevas Tecnologías Agrarias, que la multinacional Trimble organizó en la localidad sevillana de La Rinconada, con motivo de la presentación de su nueva red de distribución Vantage en España.

Como ponente, fui invitado a hablar sobre la implantación de los drones y el uso del big data en el sector agrario.

Soluciones de vanguardia como la utilización de drones para generar corrientes de aire y evitar el agrietamiento del fruto en cerezas, o los nuevos sistemas de sensorización remota de suelos y cultivos con gestión de datos on line, despertaron un evidente interés entre los asistentes, todos ellos profesionales y expertos en agricultura.

Pero como suele ser habitual, los mapas de prescripción, generados a partir de imágenes tomadas desde un dron y los mosaicos de temperatura de cultivo, recogidos por sensores térmicos montados en este tipo de dispositivos aéreos, acapararon gran parte de la atención del público.

Ambas técnicas redundan de forma especialmente directa en la rentabilidad de una explotación, ya que permiten una mejor distribución del abono y optimizar el uso del agua disponible para riego. Quizás lo más interesante de esta clase de servicios sea el hecho de que es un producto que los agricultores pueden contratar de forma cada vez más fácil en sus proveedores habituales de servicios agrícolas, lo que acerca estas tecnologías a un público mucho más amplio y normaliza su uso. Este tipo soluciones, son un buen ejemplo de lo que las nuevas tecnologías aportan a la agricultura actual: reducción de costes e incremento de la capacidad de trabajo.

Además, tuve ocasión de compartir los avances de algunos de los proyectos en los que participamos desde la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Sevilla. Estos se centran en mejorar aspectos concretos de la actividad agrícola, como el control de malas hierbas mediante vehículos autónomos o la creación de sistemas de riego inteligente.

En todo caso, hay que tener siempre presente que la agricultura de precisión no son drones ni los drones son agricultura de precisión, sin embargo, en aplicaciones particulares de esta nueva forma de hacer agricultura, los drones pueden suponer una herramienta muy potente capaz de conseguir una mayor competitividad en muchos cultivos a través del ahorro en insumos. El reto ahora, pasa por lograr que los profesionales agrícolas incorporen la utilización de drones como una solución tecnológica más para el trabajo en el campo.

También hubo espacio para tratar otro de los temas que van a dar que hablar en los próximos años: la irrupción del DRM (gestión de derechos digitales) en las herramientas agrícolas y la problemática asociada a la propiedad de los datos generados por los nuevos sistemas digitales en el campo.

Algunas empresas de maquinaria consideran que un tractor es en realidad un software con componentes mecánicos, y que los agricultores reciben una "licencia durante la vida del vehículo para poder utilizarlo", pero que no están autorizados a realizar modificaciones (e incluso reparaciones por cuenta propia). Ante nosotros se presenta una batalla legal que puede llegar a condicionar la forma de hacer en los próximos años.

Pero más allá de análisis puntuales, una de las conclusiones fundamentales que salió de este foro fue la necesidad que tiene el sector de apostar por la implantación de soluciones de agricultura de precisión como instrumento clave para el desarrollo y la mejora de la competitividad del medio rural.

Y en este sentido, parece que la administración andaluza a través de sus organismos, instrumentos y herramientas de financiación, va a asumir un papel muy relevante para conseguir poner a pie de campo la agricultura de precisión. Durante el evento, representantes de grupos de Desarrollo Rural y de la Corporación Tecnológica de Andalucía expusieron a los asistentes algunos de los cambios que trae el nuevo marco de financiación, en el que la agricultura de precisión podría ser condición obligada para acceder a algunas líneas de financiación pública.

Espero que la unión de todos estos esfuerzos contribuyan a poner los sistemas de agricultura de precisión allí donde pueden generar un auténtico beneficio para el conjunto de la sociedad: en manos de los profesionales agrarios.

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