La opinión invitada

Primera crónica de la campaña de aceite

  • Un repaso a los avatares del mercado del aceite de oliva y su posible deriva.

TERMINAMOS el año 2015 con una sequía grave en todo el área correspondiente al eje del olivar andaluz, que está condicionando el comportamiento del comercio del aceite de oliva en el mundo. Desde el otoño de 2014 y según información de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, las estaciones de invierno, primavera, verano y otoño de 2015 han estado en valores pluviométricos por debajo de las medias del periodo 1971 a 2010 que disponen sus diferentes puntos meteorológicos de control. Las lluvias apenas han alcanzado el 50% de la media anual registrada en las estaciones cercanas a nuestra área.

Pero, aun así, en el mes de octubre vinieron unos días de agua que salvaron algunos olivares para que pudieran ser verdeados y olvidaran los malos ratos que el olivo venía pasando, las aceitunas se "estiraron" y cambió el ánimo de los productores y comerciantes que veían, a causa de los altos precios del aceite, cómo los volúmenes de aceites españoles salidos para el consumo nacional y exportación descendían por tres meses consecutivos por debajo de las 100.000 toneladas, hasta llegar a 78.000 toneladas en octubre, encendiendo así todas las alarmas. Podría ocurrir que del poco aceite existente para el enlace de campaña sobrara.

De esta manera finalizamos la campaña oleícola 2014-2015, con precios en origen de los aceites de oliva a la baja en todos los países de la cuenca mediterránea y en esta ocasión empujados por los productores italianos. Se rompe así la tendencia de los últimos años, donde los precios entre los aceites "genuinos" italianos (aquellos que disponen de documentación que garantizan la trazabilidad del aceite y origen italiano) y los aceites españoles eran siempre significativamente más altos para los primeros, para cotizar puntualmente en esas fechas zonas productoras como nuestra comarca de Estepa a precios más caros. La razón está en la muy buena cosecha que esperan en Italia para esta nueva campaña, que podría superar las 350.000 toneladas y la falta de estructura organizativa mínima e incapacidad financiera de los molinos de este país, en estos momentos de recolección, para hacer frente a las compras de aceitunas, elaborar aceites, almacenarlos y financiar a los pequeños productores, teniendo que estar permanentemente en venta para mantener el circulante necesario para continuar con la actividad, contribuyendo así a la caída de los precios.

Pero hace unos días, metidos en faenas de elaboración de los nuevos aceites, unos y otros actualizamos las estimaciones de producciones de aceites de oliva en los principales países y se vuelven a encender las alarmas que nos avisan de la memoria que tiene el olivo y la pertinaz sequía que ha sido protagonista también en noviembre y diciembre en Andalucía. Nuevamente punto de inflexión y recuperación de precios en origen que coinciden con las fiestas navideñas. El precio del aceite lampante baja 1.000 euros/tonelada desde finales de agosto hasta mediados de noviembre para recuperar desde entonces hasta finales del año 350 euros/tonelada.

De manera resumida, la situación del comercio en origen del aceite de oliva a final de diciembre en el mundo es: los productores olivareros andaluces mirando al cielo, la gran industria envasadora viajando por el mediterráneo buscando aceites y a la vez, junto con la gran distribución, expectante, sin hacer locuras promocionales de otros tiempos con sus respectivas marcas.

Las disponibilidades totales de aceites de oliva en el mundo esta nueva campaña superarán ligeramente los kilos del año pasado, destacando el escaso stock inicial para enlace que quedó en España, el más bajo desde octubre de 2003. Es de esperar con estos números que los precios se mantengan en niveles parecidos a los últimos meses y muy dependientes de la evolución del conjunto de datos climatológicos.

Son dos años seguidos de producciones de aceites de oliva cortas a nivel mundial y ello tendrá una repercusión especial en las disponibilidades para la exportación.

El 87% del aceite de oliva lo producen ocho países liderados por España y la suma de todos los países productores precisan para autoconsumo el 65 % de todo el consumo mundial y el resto, aproximadamente un millón de toneladas, se comercializan en otros países no productores, de los que hay que destacar primero Europa central que precisa unas 414.000 toneladas. La siguiente área es América del norte, encabezada por EEUU, que consume unas 300.000 toneladas, seguida de Asia, con una media de 189.000 toneladas siendo los países más importantes Japón, China y Corea. El cuarto continente en volumen de importación es América central y del sur con 116.000 toneladas, y liderado por Brasil, y por último Oceanía y África con unas 33.000 toneladas cada uno de ellos.

Las disponibilidades mundiales de aceite de oliva con las que contemos al final y las lluvias recibidas en los próximos meses traerán ajustes de los precios en origen que definirán la evolución de los mercados y los flujos de aceites entre países o áreas.

Alea iacta est.

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