La opinión invitada

¿Dónde vas sector lácteo?

  • Un análisis de la situación derivada del fin de las cuotas el pasado 1 de abril.

TRAS más de veintiocho años de régimen de cuotas lácteas, éstas llegaron a su fin el 1 de abril de 2015.

En 1984 la Unión Europea decide cambiar su política láctea. Había que frenar una producción que había sido promovida por un sistema de ayudas que la incentivó, se trataba de reducir los "ríos de leche " y "montañas de mantequilla" que tenía la Unión y que provocaban fuertes tensiones en los precios y una sangría en las arcas comunitarias.

Se decide en ese momento estabilizar precios por el sistema de contención de la producción. Desde entonces todos los estados miembros y por extensión los ganaderos tienen asignada una cuota, superarla supone sanciones, crecer es posible pero adquiriendo el derecho a otro productor que cese en la actividad. La fórmula era temporal y teóricamente debería haber durado cinco años. Las sucesivas prórrogas han llegado hasta hoy.

Pasamos de una teórica economía láctea "intervenida" a una completamente liberalizada. ¿Es una oportunidad la desaparición de las cuotas o un desastre?

Creo que hacen un flaco favor al sector aquellos derrotistas que dicen que el sector se caerá. Este razonamiento hunde sus raíces en las políticas de subvenciones y el inmovilismo. Si el efecto positivo era la regulación de los precios a favor del productor permitiendo la permanencia y el desarrollo en el mundo rural, en el fondo las cuotas fueron incapaces de evitar la fluctuación cruel de precios y tuvo también un efecto perverso, obligaron a un endeudamiento adicional a aquellas explotaciones que quisieron crecer porque les obligó a adquirir un derecho de producción con fecha de caducidad y por otra parte adormecieron a aquellas explotaciones más pequeñas apartándolas de la innovación y las nuevas técnicas que se imponían en el sector.

Tampoco le hacen un favor al sector aquellos "tecnócratas" que lo ven como una oportunidad haciendo hincapié exclusivamente en la bajada de los costes de producción del ganadero, lo que desde mi punto de vista es una visión muy simple del sector, donde además hay que valorar el desarrollo que la actividad láctea aporta al medio rural. La bajada en los costes no debe de ser usada como un elemento para bajar el precio al ganadero, debe incidir directamente en un aumento de su rentabilidad.

Mi opinión personal es que el fin de las cuotas lácteas debe verse como una oportunidad pero siendo conscientes de las carencias que tiene el sector:

A) Los ganaderos están poco asociados, solamente el 20% de la leche se transforma a través de cooperativas, el 60% se vende individualmente sin ningún tipo de asociación entre los productores, y el otro 20% conjuntamente a través de cooperativas pero cuya única función es facilitar el trabajo al recogedor. En este apartado hay que potenciar la transformación a través de cooperativas y también las OPL (organizaciones de productores de leche) deben cumplir una función primordial, aglutinando, ordenando el sector y eliminando excedentes si fuera necesario. Pero cuando nos asociamos debemos dejar de ser cortoplacistas. Desde mi punto de vista habrá que plantear la conversión de los integrantes individuales de OPL en estructuras cooperativas (es el caso del Grupo Alba de OPL del Sur) a ser posible con capacidad industrial, y deberemos potenciar la fusión o la colaboración estrecha entre ellas.

B) El sector tiene una alta volatilidad generada por las fluctuaciones de las materias primas para alimentación animal y por las variaciones de la leche y sus derivados (leche polvo, nata y mantequilla) en los mercados internacionales. En ambos casos se puede leer entre líneas la palabra especulación.

C) No hemos sido aún capaces de crear una cadena sostenible que involucre a todo el sector: agricultores, ganaderos, industria y distribución. Hasta ahora daba la sensación de que para ganar unos tenían que perder otros. Además, la distribución -igual que con el aceite- ha usado históricamente la leche como un producto reclamo.

Aunque también hay que decir que se van viendo ya nuevas y mejores relaciones de toda la cadena, como, por ejemplo, en sitios muy próximos a nosotros como es el Valle de los Pedroches (Córdoba).

D) Las industrias tienen que pasar de la cultura del brik a la cultura del brik junto a la de otros productos con valor añadido; de los mercados nacionales a iniciar procesos de internacionalización; y, por supuesto, se deben olvidar prácticas desleales en la competencia.

Entiendo que, si somos capaces de ir solucionando las cuatro carencias señaladas, posiblemente la desaparición del sistema de cuotas sea una oportunidad.

El ganadero deberá ser aún más empresario en un entorno cada vez más competitivo pero el mercado hay que hacerlo más justo, dentro de la cadena de valor cada uno tiene que ganar lo que es justo. A los ganaderos no se nos puede exigir ser empresarios cuando perdemos y pretender quitarnos beneficio cuando ganamos.

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