Álvaro Guillén es consejero del Grupo Acesur, empresa que lleva un siglo y medio produciendo, envasando y comercializando aceites, y desde 2012 es presidente de Lándaluz, Asociación Empresarial Alimentos de Andalucía, donde se integran unas 100 empresas agroalimentarias andaluzas y cuyo principal objetivo es el de poner en valor la producción andaluza en este sector de la agroindustria.

-Este año se cumple el 25 aniversario de la creación de Lándaluz. ¿Qué es lo más importante que se ha conseguido en este cuarto de siglo en cuanto a la promoción de la agroindustria andaluza?

-Sí, efectivamente en 2015 cumplimos 25 años en Lándaluz, una Asociación Empresarial que ha sabido reinventarse en los últimos años hacia un nuevo modelo de organización 100 % empresarial, sin dejar de ser un vehículo institucional para nuestras empresas socias, y todo dentro de un sector estratégico para Andalucía como es el agroalimentario. Creo que fundamentalmente hemos sabido consolidar en el punto de venta, tanto a nivel nacional como internacional, campañas con propuestas de valor reconocibles en calidad, variedad, saber hacer y tradición de los productos de nuestra tierra.

-Usted se muestra orgulloso de haber conseguido solventar algunos de los problemas que ha padecido Lándaluz en estos años como es su excesiva dependencia de lo público y su mala situación económica. ¿Se ha salvado la crisis?

-Más que orgulloso me siento comprometido con las líneas de actuación marcadas por la junta directiva que nos incorporamos a Lándaluz en abril de 2012, trabajando en un nuevo modelo de organización independiente. Coger las riendas de esta Asociación supuso un reto importante, en un escenario muy complicado para la asociación, con una fuerte crisis económica, y un escenario cuando menos inhóspito. La implantación de un nuevo modelo de negocio, fruto de una decisión consensuada por la misma, dio el pistoletazo de salida hacia una nueva etapa que afrontamos con motivación e ilusión; teníamos la oportunidad de reinventarnos a nosotros mismos sin perder nuestra esencia. Ahora ya en 2015, todo apunta a un año positivo en lo económico, con un crecimiento superior al 2,5 %, una demanda doméstica en torno a esos niveles, y una recuperación de la renta de las familias gracias a la reducción del IRPF. En el plano internacional además, en 2014 Andalucía ha liderado las exportaciones de agroalimentario y bebidas nacionales, con el 22% del total, superando en 0,3 puntos a Cataluña, puesto que no ocupaba desde 2009. Nuestras empresas y Asociación, no son ajenos a estos indicadores, y estamos en una situación más favorable que hace 3 años, y en una organización ya saneada y más profesional.

-¿Cuál es su objetivo en cuanto a incorporación del sector?

-Lándaluz está conformada aproximadamente por unas 100 empresas socias, con representación de todas las provincias de Andalucía. Además se trata de una Asociación multisectorial, donde están representadas muchas de las categorías que podemos encontrar en el lineal. Sin embargo no cesamos en la búsqueda de nuevas referencias y marcas que incrementen el ya extenso portafolio con el que trabajamos dentro y fuera de nuestros mercados. En nuestro 25 aniversario, queremos incrementar un 20% el número de asociados, para poder seguir afrontando proyectos de innovación, comunicación, responsabilidad social, promoción y comercialización más ambiciosos aún si caben.

-¿Se está avanzando en la internacionalización?

-Siempre he tenido como prioridad el fomento de la internacionalización de la industria agroalimentaria andaluza y es que desde 2012, hemos perfilado nuestro modelo de consolidación internacional, lo cual se traduce en beneficios económicos para todas las partes implicadas. Estas mejoras en los procedimientos de consolidación nos han permitido ampliar fronteras, estando ya presente en tres continentes y más de 10 países. Hemos fortalecido en los últimos años la presencia de nuestros productos en ferias internacionales del sector, habiendo triplicado el número de ferias internacionales en las que Lándaluz ha estado presente anualmente. Hemos duplicado el número de acciones directas e inversas y seguiremos potenciándolo en los próximos años. Las cifras de exportación de productos agroalimentarios en Andalucía han crecido en 2014 un 9,2% liderando así la exportación a nivel nacional, pero lo importante es que no estamos únicamente exportando cantidad, sino también calidad y propuestas de valor.

-Ustedes organizan misiones comerciales tanto directas como inversas. ¿Qué hay previsto para este año?

-Tanto las misiones comerciales inversas como las directas son una herramienta muy ágil y de gran importancia a la hora de hacer primeros contactos comerciales. Hay que tener en cuenta que tanto los productores como los compradores son presentados con anterioridad y por ello a la hora del encuentro existe un previo interés mutuo, por lo que los prolegómenos comerciales son menos duraderos y se va directamente a lo que realmente interesa. Los países elegidos para este tipo de Misiones Inversas son Francia, el Reino Unido y países de Centroeuropa. Con respecto a las Misiones Directas, Lándaluz tiene enfocado su interés en Latinoamérica, siendo Colombia y Perú países objetivos para este año 2015.

-Se habla de la necesidad de fomento del asociacionismo en la agroindustria. ¿Sigue siendo ésta una asignatura pendiente?

-Queda por hacer sin duda; cuanto más unidos y mejor comunicados con todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, mayor fortaleza y beneficios podremos ofrecer a los consumidores. El sector de la industria agroalimentaria andaluza sigue estando muy atomizado, a pesar de que sus productos sean de indudable calidad, y es necesario llevar a cabo labores de marketing, comunicación, comercialización y promoción para potenciar el sentimiento de valor percibido. El trabajo colectivo, optimiza y facilita este tipo de tareas.