Andalucía

Susana Díaz ahonda sus diferencias con Sánchez sobre Cataluña y España

  • La presidenta sostiene en Barcelona que "Puigdemont sabe que no habrá referéndum"

  • A diferencia del ex secretario general, define a esta comunidad como una nacionalidad

"Yo no cambio". A Susana Díaz le preguntaron ayer en Barcelona en un foro capitaneado por La Vanguardia lo mismo que este periódico demandó de su contrincante Pedro Sánchez el pasado fin de semana: "¿Cataluña es una nación?". Pedro Sánchez fue claro: sí, Cataluña es una nación y España, una nación de naciones. La presidenta de la Junta contestó: "Yo no cambio", su opinión es la que marca el artículo número 2 de la Constitución y el quinto del Estatut, Cataluña es una nacionalidad con una singularidad respecto al resto de España. Entre Susana Díaz y Pedro Sánchez sólo hay una diferencia estratégica -la abstención para dejar gobernar al PP y la posible alianza con Podemos- que no es tan importante como el desencuentro personal, pero a ambos sí les separa la concepción de España, al menos desde un punto de vista léxico. Palabras, palabras que, aunque Shakespeare se quejase de su levedad, esconden grandes consecuencias jurídicas. Ocurrió lo mismo, aunque nadie quiere recordarlo ahora, con Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando la primera, en vísperas del Congreso Federal de Sevilla, apostó por un sistema de financiación autonómica mediante cupos, como el vasco, pero para todas las nacionalidades.

Intervenir en Barcelona no es fácil, y menos en un foro donde hay de todo, no sólo militantes del PSC, sino personalidades de la sociedad civil catalana. La presidenta escogió este primer formato para hablar en esta comunidad, y ello le ha reparado no pocas críticas de los pedristas, puesto que el encuentro, organizado por el periódico líder en Cataluña y por varias empresas costaba 50 euros por persona. Ella no era la convocante, sino la invitada. En un nuevo día muy complicado en la capital condal, con la UDEF en los domicilios de los Pujol, familia sagrada en esta comunidad hasta hace cinco años, Susana Díaz sostuvo que el referéndum de independencia es una "mentira", porque "todos saben" que no se celebrará. "Hasta Puigdemont" sabe que lo que se está dirimiendo en estos días son las próximas elecciones autonómicas, donde ERC puede relevar a PdeCAT, la antigua Convergència, en el caso de que no vuelvan a ir juntos. Es cierto que entre los socios del Gobierno catalán hay muchas tensiones por la convocatoria, ya que llevaría aparejada una inhabilitación para los dirigentes que después quisieran ser candidatos.

Miquel Iceta, el primer secretario del PSC, presentó a Susana Díaz. De ella dijo que "frente a los retos y a los prejuicios, ni se aparta ni se esconde ni se calla". No lo hizo ayer. Iceta recordaba de este modo lo que Zapatero había declarado días antes, que en Cataluña hay problemas con la presidenta por ser "andaluza y mujer", apreciación contestada incluso por dirigentes del PSC, desde donde se le recordó que José Montilla fue presidente de la Generalitat siendo de Iznájar, del mismo modo que Inés Arrimadas, jefa de la oposición, es de Jerez. "Yo creo que sí se me quiere -por Cataluña- y recibo un cariño grande en mi partido y fuera de mi partido, José Luis me quiere mucho. Pero me siento orgullosa de ser mujer, madre trabajadora, andaluza y profundamente socialista".

Iceta es un caso aparte en estas primarias, anda poniendo huevos en todas las cestas, que dirían en el PSOE, lo mismo presenta a Susana Díaz, que firma libros con Patxi López, que se arrima a Pedro Sánchez. La militancia del PSC, unos 14.000 votantes, está en su mayor parte con Sánchez, pero no hay que descartar movimientos de última hora a favor de Díaz.

La filtración de unas declaraciones del diputado malagueño Miguel Ángel Heredia, uno de los hombres de Susana Díaz en el Congreso, han perjudicado la percepción que de la presidenta tienen en el PSC, ya que quien es secretario del grupo parlamentario les dijo a unos militantes de Juventudes que habría que echar a los socialistas catalanes. Quizás por eso, Díaz repitió en Barcelona que "el PSOE necesita al PSC, del mismo modo que España necesita a Cataluña". La presidenta tampoco ahorró críticas para Mariano Rajoy, ya que sostuvo que el "problema catalán, que es real", matizó, "no sólo se soluciona con la ley, ni se arregla con el tiempo, sino todo lo contrario". La solución de compromiso de Díaz es la llamada Declaración de Granada, la síntesis federalista del PSOE que fue consensuada por Alfredo Pérez Rubalcaba con todos los secretarios de las comunidades. Básicamente, define a España como un país federal, donde hay singularidades amparadas en la historia y una cultura diferenciada.

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