Defensa · Entrenamiento de la Brigada 'Guzmán el Bueno X' de cara a su próxima misión

Blindados al Báltico

  • Más de 300 militares españoles se preparan en Cerro Muriano para partir a Letonia a principios de 2018

Blindados al Báltico

La sensación en el interior de un vehículo de combate de infantería Pizarro del Ejército de Tierra es de absoluta claustrofobia. Hay que ir bien atado porque el movimiento es continuo, la cabeza va protegida con un casco porque la cabina está llena de esquinas y salientes, y el pecho y la espalda van cubiertos con un rígido chaleco antibalas que resta aún más la escasa capacidad de movimiento. Unas asas cuelgan del techo, quizás para dar más sensación de control al que va dentro, porque cuando la oruga empieza a avanzar por mitad del monte el traqueteo es incesante. Es una mezcla entre montaña rusa y toro mecánico. Y eso que en esta ocasión sólo hay tres personas y no las siete que caben, por lo que pueden llevar las piernas estiradas. Y eso, también, que la tripulación tiene orden de avanzar a escasa velocidad, entre 15 y 20 kilómetros por hora, lejos de los 75 que el carro puede alcanzar. El polvo se cuela por todas partes, se agarra a la garganta y hace estornudar. El vehículo se detiene. Sólo ha pasado un cuarto de hora. "A veces estamos hasta 48 horas. Imagínense", dice el soldado que abre la puerta.

Dos Pizarro avanzan en el ejercicio táctico desarrollado el miércoles en Cerro Muriano. Dos Pizarro avanzan en el ejercicio táctico desarrollado el miércoles en Cerro Muriano.

Dos Pizarro avanzan en el ejercicio táctico desarrollado el miércoles en Cerro Muriano.

Es un mecánico de la Brigada Guzmán el Bueno X, que a partir de enero relevará a la Brigada Extremadura en Letonia. Unos 320 militares españoles, la mayoría de ellos destinados en Cerro Muriano (Córdoba), donde tiene su sede la Guzmán el Bueno, partirán a principios de año hacia el Báltico. Lo hacen dentro de una misión de la OTAN llamada Presencia Avanzada Reforzada (eFP), decidida el año pasado en la Cumbre de Varsovia para incrementar la presencia militar en los países bálticos y Polonia, tras la escalada de tensión con Rusia y la crisis de Ucrania. Los españoles se integrarán en uno de los cuatro grupos de batalla de los que se compone la misión, en concreto en el liderado por Canadá en la base militar de Adazi, según explica el general Aroldo Lázaro Sáenz, jefe de la Guzmán el Bueno y comandante militar de Córdoba y Jaén.

El general de División Antonio Ruiz Olmos, adjunto al jefe de la Fuerza Terrestre, se dirige a la tropa tras el entrenamiento realizado el miércoles en Cerro Muriano. El general de División Antonio Ruiz Olmos, adjunto al jefe de la Fuerza Terrestre, se dirige a la tropa tras el entrenamiento realizado el miércoles en Cerro Muriano.

El general de División Antonio Ruiz Olmos, adjunto al jefe de la Fuerza Terrestre, se dirige a la tropa tras el entrenamiento realizado el miércoles en Cerro Muriano. / o

El pasado miércoles, la Fuerza Terrestre invitó a un grupo de periodistas a presenciar los ejercicios que la Brigada X está realizando para preparar su despliegue en Letonia. Lo hizo coincidiendo con la visita del general Antonio Ruiz Olmos, adjunto al jefe de la Fuerza Terrestre el teniente general Juan Gómez de Salazar Mínguez. La Fuerza Terrestre tiene su sede en Sevilla y el traslado se hizo en un helicóptero Cougar que partió de la base del Copero a las ocho de la mañana y aterrizó en Cerro Muriano unos 45 minutos después. Allí, en las estribaciones de la Sierra Morena cordobesa, el Ejército dispone de un campo de maniobras en las que se simulan las condiciones que pueden encontrarse en situaciones reales. Hay polígonos de tiro para practicar al aire libre y también construcciones que simulan poblados y casas para poder entrenar un asalto a una vivienda o edificio en el que se hayan atrincherado insurgentes.

Las maniobras arrancan con un ejercicio de fuego y movimiento en un campo de tiro de fusil. Los francotiradores abren fuego con los fusiles de precisión Accuracy y hacen blanco. Desde una tienda de campaña, el instructor de blancos va controlando la eficacia de los tiradores, que pasa del 94%. En el ejercicio están tirando a unos 400 metros, pero están entrenando distancias de hasta 900. "Y estamos haciendo blanco", dice uno de los tiradores, enfundado en el traje de camuflaje. A continuación hay fuego de cobertura desde dos blindados y desembarca la infantería, equipada con fusiles HK. Los soldados se mueven en parejas -binomios según el término técnico- y sortean un campo con obstáculos hasta alcanzar la posición del enemigo.

Los siguientes ejercicios se desarrollan en una casa y en un foso de tiro. Tratan de preparar el combate en zonas urbanas. Poco después se desarrolla un entrenamiento táctico. Lo dirige el teniente coronel David Tarifa, jefe del contingente español que partirá a Letonia. Se simula la toma de una colina desde la que el enemigo está haciendo fuego y de un poblado en el que hay insurgentes en un edificio. Los zapadores han de abrir una brecha entre la línea enemiga y además contarán con un imprevisto, uno de los blindados pisará un artefacto explosivo y habrá un herido que hay que evacuar. "Nunca se podrá reproducir con exactitud una situación real, pero se trata de hacerlo en unas condiciones lo más parecidas posibles a la que puedan encontrarse", dice el general Ruiz Olmos, que pide a sus hombres que aprovechen sus últimos días para organizar y cerrar asuntos con sus familias.

Los fusileros avanzan por el campo de tiro. Los fusileros avanzan por el campo de tiro.

Los fusileros avanzan por el campo de tiro.

El último ejercicio es quizás el más espectacular. Es el tiro desde un carro de combate Leopardo. Este vehículo, que se fabrica en Santa Bárbara (Alcalá de Guadaíra), es uno de los más precisos del mundo y así lo demuestra en los ejercicios de Cerro Muriano. Hay cuatro disparos con cuatro supuestos distintos, tanto con los blancos y el carro fijos o en movimiento. Por mucho que se mueva el vehículo, el cañón fija el objetivo y corrige la desviación. Acierta las cuatro veces, a una distancia media de tiro de 1.250 metros. El Leopardo es la estrella de esta Brigada, que trabaja su combinación con los Pizarro, que se encargan más de dar apoyo y transportar soldados al campo de batalla.

Blindados al Báltico Blindados al Báltico

Blindados al Báltico

Ambos vehículos se desplegarán en Letonia, junto con transportes orugas acorazados M-113, un mortero pesado de 120 milímetros, vehículos de combate de zapadores, misiles contra carros Spike y la estación de transmisiones Soria. Entre estos materiales hay un avión no tripulado, que permite tomar imágenes desde el aire y revelar así posiciones enemigas sin necesidad de recurrir a helicópteros o aviones. Los 320 militares españoles estarán en el Báltico seis meses. "Sabemos que las temperaturas no son las de aquí, pero estamos preparados. Lo peor es alejarse de la familia, pero es nuestro trabajo y nuestros familiares saben que nos gusta", explica la cabo Estela Mediano, jefe de escuadra que ya estuvo en tres ocasiones en el Líbano. Ahora toca cambiar de escenario.

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