feria real 2017 | los inconvenientes de la festividad

Los que "viven" la Feria de verdad

  • Miles de algecireños residen junto al recinto y sufren la otra cara de la fiesta

La portada de la Feria Real, ayer junto a un dispositivo policial.

La portada de la Feria Real, ayer junto a un dispositivo policial. / e. s.

La Feria Real de Algeciras es sinónimo de diversión. Ese ratito que los algecireños pasan en el recinto ferial sirve para llenar de recuerdos el alma soltando adrenalina con cada canción enlatada y de fotos la redes sociales. Luego la mayoría se marcha, dice adiós a la Feria hasta que las luces se difuminan en el cielo y desconectan hasta la próxima visita.

La inmensa mayoría de los algecireños no resiste al día a día de la Feria, una fiesta que nació para vivirse de noche y ahora empieza desde el mediodía. El Ayuntamiento reparte en torno a 2.500 filtros para los vecinos colindantes, pases que podrían multiplicarse por unidades familiares; eso supone que más de 8.000 personas aguantan como pueden los envites de ruido de la fiesta que cumple en esta edición 50 años de su actual ubicación.

El Viernes de Farolillos algunas casetas pasaron el horario permitido para probar la música

Por eso los vecinos prestan una especial atención a los horarios y ayer comentaban lo ocurrido en el Viernes de Farolillos, primera prueba fallida en la materia: el Ayuntamiento informó que el horario de prueba de sonido en las casetas sería hasta las 2:00, permitiendo que estuvieran abiertas sin embargo (sin música) hasta las 3:00, pero no fue así. La música siguió retumbando una hora más de lo permitido, hasta las 3:00.

El primer viernes ya es un día de Feria más aunque las luces no marquen el cielo de las calles del Real. Y este run run fue protagonista durante la mañana del sábado entre los vecinos colindantes que en los comercios sacaban el tema de conversación.

Desde el Ayuntamiento de Algeciras se informó a este diario que no se registraron incidentes el viernes ni quejas particulares por los ruidos, e incluso algunas casetas cerraron antes de medianoche. Ello a pesar de que los vecinos del entorno recordaban por la mañana que tienen por delante ocho días oficiales de explosión de decibelios y, lo peor, de aguantar como jóvenes y no tan jóvenes usan las zonas comunes de sus bloques para miccionar y arrojar vasos y basura.

Los más de 600 agentes que se despliegan en la Feria Real durante toda la semana también se hacen necesarios en las zonas que rodean el recinto precisamente para evitar otro de los inconvenientes que presenta la fiesta para los habitantes de Parque Bolonia o Las Colinas, por ejemplo, donde al abrir el portal de la casa es posible que haya que esquivar residuos, destacan sus habitantes.

En ese sentido, expresaron su deseo de que en estas jornadas venideras haya más control y sensibilidad en materia de limpieza para contrarrestar lo negativo que puede tener vivir en pleno corazón de la fiesta.

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