Gemma Granado Campoy es una linense, de 32 años, que desde muy joven tuvo claro que quería dedicarse al mundo de la psicología. Se preparó para ello a conciencia y ahora mismo está al frente de un gabinete de psicología en San Roque.

Gemma explica que decidió dedicarse a la psicología "porque siempre he pensado que para que una persona tenga salud también tiene que tener salud mental y no sólo física. La salud mental es muy importante y hoy en día no se valora".

Esta psicóloga está especializada en infanto-juvenil por lo que sólo trata a niños y adolescentes. "Es una etapa muy importante, tanto desde el punto de vista personal como escolar, y me gusta poder ayudarles en ese momento de sus vidas", apunta. Gemma añade que hoy en día "los padres son más conscientes de las necesidades de sus hijos y los colegios hacen una gran labor porque muchas veces son los primeros que detectan que hay un problema", aunque apunta que en "las ciudades grandes están más concienciados que en los sitios pequeños, donde los adultos no van al psicólogo y no llevan a sus hijos pero es importante para que tengan un buen desarrollo personal".