Algeciras

"En seis meses la reposición de cable de las farolas ha costado 60.000 euros"

  • La edil confiesa que el robo de cobre ralentiza mucho el trabajo en alumbrado público. Sobre los autobuses, anuncia que los ciudadanos no tendrán que ir hasta Cortijo Real para comprar el bonobús

Con tan solo 25 años Ana Rodríguez es la concejal más joven del nuevo equipo de gobierno. No obstante se desenvuelve bien en sus delegaciones muy relacionadas con la Agenda 21. Sus principales retos son la eficiencia energética, que la ciudad sea sostenible y que la gente utilice más el transporte público.

-¿Cuánto cuesta un autobús en Algeciras?

-Un euro. Lo que pasa es que aquí no existe el concepto de transbordo y las líneas hacen un recorrido entero.

-¿Va a introducir cambios en este servicio?

-Ahora funciona la tarjeta monedero que existía antes de que llegáramos pero hay que ir a comprarla a Cortijo Real. Queremos poner puntos de venta más accesibles al ciudadano como en el parque María Cristina. Además en vez de tarjeta monedero queremos que se llame bonobús. Lo de tarjeta a los abuelos no les gusta porque lo asocian al banco.

-¿Cómo puede convencer a la gente para que deje el coche y coja el autobús?

-Queremos hacer campañas de concienciación. La gente debe saber que ir en autobús disminuye la contaminación. Además con el transporte público no se colapsa el centro, donde hay demasiado tráfico como pasa en Blas Infante. El hecho de coger el autobús reduce el ruido en la ciudad. Si en otras ciudades la gente coge el autobús, ¿por qué en Algeciras no?

-La antigua flota del Grupo Ruiz-CTM en Algeciras provocó muchas críticas. Ahora con los autobuses nuevos, ¿qué falla?

-Los ciudadanos se quejan de cómo están estructuradas las líneas. Ahora estamos estudiando modificarlas para que el ciudadano que coja el autobús no recorra toda Algeciras para llegar a su casa. Queremos en la medida de lo posible mejorar el servicio. Las que funcionan bien se dejarán como están y las que no, se modificarán.

-¿Para cuándo la depuradora?

-¿Para cuándo? Aún no hay fecha. Está terminada pero no hay nada oficial, depende del Gobierno y de la Junta.

-¿Qué va a hacer el Ayuntamiento para animar a reciclar?

-Queremos trabajar con los niños en los colegios porque un niño en una familia tira mucho y si le enseñas de que la botella de plástico se tira al contenedor amarillo cuando vea al padre tirarla al contenedor orgánico le va a regañar. Además haremos campañas de reciclaje de aceites. En Algeciras no hay conciencia de lo perjudicial que es tirar el aceite usado por el fregadero. Queremos implantar contenedores de recogida de aceites para que el ciudadano no encuentre demasiados obstáculos para reciclarlo.

-En el extranjero la gente recupera dinero cuando recicla, ¿es posible que esa medida se imponga en España?

-Posible es pero para eso queda todavía. A la gente cuando le tocas el bolsillo reacciona. Pero aún nos queda para asemejarnos a esos países. Ese sistema está implantado en los centros comerciales y con la crisis funciona. Será cuestión de tiempo.

-Hablando de crisis, se ha puesto de moda el robo de cobre, ¿qué está pasando con las farolas?

-Estoy temiendo que lleguen los fines de semana. Hay dos o tres robos de cable cada fin de semana. Menos mal que la gente responde rápidamente si ve un robo y eso es muy importante. Los ciudadanos no son indiferentes. Saben que si roban el cobre de las farolas es un perjuicio para ellos. Nuestra labor es cable robado, cable repuesto, pero es que no damos abasto. En un fin de semana pueden robar mil metros de cable. En el primer semestre del año el coste para las arcas municipales de robo de cable ha supuesto 60.000 euros. Si se extrapola al año entero, puede suponer 120.000 euros. Eso es lo que vale un proyecto de renovación de alumbrado en una barriada. Es un coste extra que se podía emplear en otras cosas.

-Pese a este lastre, ¿se está renovando el alumbrado?

-Estamos trabajando en el Secano, en el parque del Saladillo y en La Granja. Lo del robo de cable perjudica muchísimo porque es dinero extra y trabajo extra. Estos hechos ralentizan mucho la planificación.

-¿Cómo se ha mejorado el alumbrado de la Plaza Alta?

-En la Plaza Alta se ha hecho una cosa muy sencilla, limpiar los cristales de las farolas que estaban llenos de excrementos de palomas. Se ha limpiado y se ha puesto una bombilla de mayor potencia y más eficiente, con luz blanca en vez de amarilla. Antes la Plaza Alta estaba triste. Del mismo modo, queremos poner un alumbrado ornamental en los edificios del anillo exterior de la plaza incluida la Iglesia de la Palma y la Capilla Europa. Para ello se hará un estudio de iluminación, para que no moleste a los vecinos y embellezca la plaza más importante de la ciudad. Además estamos haciendo algo parecido en la plazoleta de San Isidro y si es factible se iluminarán los arcos. No es cuestión de que por la noche la gente vaya con gafas de sol. Apostamos por la luz blanca pero con menos potencia. Además queremos adecentar la fuente de La Bajadilla e iluminarla y dar luz a la plaza del ambulatorio. Hay muchos frentes abiertos. Hemos arreglado la luz de Ojo del Muelle y en la avenida Virgen del Carmen se han limpiado las luminarias y se ha repuesto todo lo que estaba roto.

-¿Qué pasa con la iluminación de la plaza Verboom?

-Ya hemos hablado varias veces mi compañero de Urbanismo y yo sobre ello. Todavía no hay una determinación pero somos conscientes del problema que hay. Es una plaza viva y estamos trabajando pero hay unas pautas que hay que cumplir antes de recepcionarla.

-¿Qué genera más quejas?

-Me llegan muchas críticas de La Ermita, de que todo está apagado. Esa zona no está recepcionada porque la constructora no ha dejado bien las cosas, son temas que competen a Urbanismo, pero cuando hay algo apagado es por algún motivo, no es porque se deje. Estamos trabajando para solucionarlo, que más quisiera yo que todo estuviera iluminado. Siempre hay razones detrás.

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