Algeciras

Las relaciones laborales en el puerto de Algeciras entre 1906 y 1939 (I)

  • Historia. Desde el año 1909 existía una Junta Local de Reformas Sociales en la ciudad, un órgano mixto constituido por vocales elegidos entre los trabajadores y los patronos

Quizá sea el de las relaciones entre la Junta de Obras del Puerto y sus trabajadores en la primera mitad del siglo XX -cuando se llevaron a cabo las obras más emblemáticas del puerto desde sus orígenes hasta los años ochenta de la citada centuria, como el muelle de la Galera, el muelle Pesquero y el Rompeolas de la Isla Verde- uno de los temas peor conocidos de la historia portuaria de la ciudad.

La documentación contenida en las actas de las sesiones celebradas por la Junta de Obras del Puerto entre los años 1906 y 1939 nos ha permitido tener un mejor conocimiento de un sector de la historia general, como son los aspectos sociales y económicos, que tanta importancia tienen para recomponer lo que Marc Bloch denominaba la Historia Total. Las relaciones laborales entre la Junta y los aproximadamente 500 obreros que, además de la plantilla fija del organismo, en ocasiones estuvieron directa o indirectamente vinculados a él, pasaron por situaciones muy diversas que tenían que ver, sobre todo, con el sistema político imperante en cada momento, el estado de la economía nacional y local, la evolución de las reivindicaciones obreras y su implantación en la estructura política estatal a través de los partidos de izquierda. También, con las tensiones que dichas reivindicaciones generaban en el seno de la sociedad algecireña y en la propia Junta como órgano de dirección de la más importante empresa de la comarca.

Sin embargo, hasta que no se inició la construcción del muelle de la Galera y se incrementó el número de obreros que trabajaban para la Junta, los problemas laborales no se harían notar en un organismo que, hasta ese momento, empleaba a muy escasos trabajadores.

La primera referencia en relación con los obreros que trabajaban en las obras del muelle de la Galera aparece en la sesión ordinaria de 18 de mayo de 1914, en la que, como consecuencia del informe emitido por el ingeniero director, se acuerda no admitir más operarios al margen de los que ya estaban contratados. No obstante, esta política restrictiva en las contrataciones, que sin duda se basaba en los escasos recursos con que contaba la Junta y en los frecuentes retrasos en la llegada de las subvenciones estatales, se moderaría en los años siguientes, cuando la crisis generada por la 1ª Guerra Mundial provocó un aumento preocupante de los desempleados en la ciudad. En la sesión extraordinaria de 18 de marzo de 1916 se hace mención "a la actual crisis obrera", mostrando la Junta su satisfacción por la aprobación y el libramiento de determinadas cantidades realizadas por el Estado con las que se conseguiría "dar ocupación al mayor número de obreros, hoy sin trabajo".

Como resultado del ingreso de las cantidades aportadas por el Estado se acordó, en la misma reunión, contratar, "aunque sólo sea en los meses de abril y mayo, un número importante de ellos (obreros) que, unidos al personal fijo de la Junta, hagan desaparecer en gran parte la crisis actual". Este acuerdo no pudo impedir que en el mes de octubre del mismo año se despidiera a un grupo de obreros de los que trabajaban en el muelle de la Galera.

Esta situación, en la que la Junta aparece como la solución coyuntural a los graves y crónicos problemas de paro que de manera cíclica sufría la ciudad de Algeciras, se repetirá a lo largo de todo el período hasta los inicios de la Guerra Civil en 1936. La Junta de Obras del Puerto era el único organismo público existente en la comarca que disponía de elevados ingresos provenientes de subvenciones del Estado para el desarrollo de las obras portuarias y que podía absorber a gran número de trabajadores desempleados cuando las circunstancias laborales se tornaban negativas, o al menos eso pensaban las autoridades municipales y los representantes de los trabajadores.

Las circunstancias debieron mejorar con el final de la Gran Guerra y la regularidad en la llegada de las subvenciones destinadas a las obras del muelle, puesto que no aparecen, durante el año 1917 y buena parte del 1918, menciones a la crisis y al paro obrero. En cambio, en septiembre de ese segundo año sí se recoge la autorización concedida por el Ayuntamiento a la Junta para que los obreros puedan trabajar también los domingos "en tanto persistan las actuales circunstancias de urgencia en la ejecución de las obras". A este acuerdo debieron responder los trabajadores con una amenaza de huelga por no estar de acuerdo con la cantidad abonada por hora extraordinaria. La Junta, para desactivar el conflicto, se vio obligada a incrementar en un 50% el importe de las horas extraordinarias trabajadas.

Desde el año 1909 existía una Junta Local de Reformas Sociales en la ciudad como un órgano mixto constituido por vocales elegidos entre los trabajadores y los patronos, paritariamente, además de otros vocales natos como el alcalde, que generalmente asumía la presidencia, el párroco de más antigüedad y el médico titular o decano de la localidad. Las citadas Juntas, que eran órganos consultivos de los alcaldes, además de velar por el cumplimiento de la legislación laboral se habían desarrollado a partir del Instituto de Reformas Sociales creado por Real Decreto de 23 de abril de 1903. Mientras que una parte de la clase empresarial entendía su participación en ellas como una manera de poner freno a las iniciativas laborales que considerasen lesivas para sus intereses empresariales, los representantes obreros veían en las Juntas un cauce tanto de reconocimiento y defensa de sus derechos recogidos por las leyes, como un espacio legal de participación para lograr la mejora de la realidad socio-laboral y una plataforma de reivindicación política y de lucha obrera.

Este organismo y el Gremio de Obreros del Puerto canalizaron las reivindicaciones de los trabajadores portuarios en la segunda década del siglo XX, sufriendo una paralización significativa durante la Dictadura de Primo de Rivera, tras haberse reformado en profundidad el Instituto de Reformas Sociales y las Junta Locales en 1924. La actividad obrera y sindical se retomaría con la proclamación de la República, al mismo tiempo que se reforzaban las posiciones de la izquierda política y aparecían órganos (diarios y semanarios) de difusión y denuncia del problema obrero.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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