Algeciras

El puerto en la postguerra y durante la II Guerra Mundial

  • Historia. En la noche del 7 de diciembre de 1942 tres torpedos con su dotación salieron de la panza del 'Olterra' en dirección al puerto de Gibraltar

Los torpedos humanos italianos iban tripulados por dos hombres.

Los torpedos humanos italianos iban tripulados por dos hombres.

A la situación de postración de la economía nacional como consecuencia de la recién finalizada Guerra Civil y cuyas repercusiones, en la actividad desarrollada por el puerto algecireño, se evidencian a través del contenido de las Actas de la Junta en los años siguientes al 1 de abril de 1939, vino a sumarse el aislamiento internacional al gobierno del General Franco, la contracción del comercio marítimo mundial provocada por la Segunda Guerra Mundial y la presencia de las escuadras enemigas en torno a Gibraltar y las aguas del Estrecho.

Como no podía ser de otro modo, el puerto de Algeciras sufrió un importante descenso en la entrada de buques y un estancamiento de los tráficos, a excepción de la pesca, que apoyada en la explotación de los caladeros canario-sahariano y marroquí había situado a este puerto en un puesto de privilegio por las toneladas de pesca desembarcadas entre los puertos españoles, aunque desde que comenzó el conflicto armado las embarcaciones que tenían Algeciras como puerto base faenaban en aguas cercanas a la costa española.

Una de las consecuencias de la situación bélica que se detecta en la actividad del puerto, a través de la documentación conservada, es la escasez de materiales para las obras portuarias, sobre todo hierro, carbón y combustibles líquidos. En la sesión ordinaria celebrada el 25 de octubre de 1942, el contratista de las obras de los dos nuevos almacenes que se construían en el muelle de la Galera solicitaba una prórroga de diez meses para la terminación de los trabajos, justificando su petición "en las dificultades que tiene en la adquisición de hierro necesario para las mismas." La falta de este metal se prolongó a lo largo de los meses sin que los esfuerzos de la empresa encargada de las obras lograra abastecerse ni en puertos españoles ni extranjeros, lo que le llevó a solicitar una nueva prórroga en el mes de agosto de 1943, no accediendo la Junta a lo solicitado, rescindiéndose el contrato con pérdida de fianza por medio de Orden Ministerial de 2 de septiembre de aquel año.

En el mes de noviembre sería el contratista de las obras de la Lonja de contratación de pescado -cuyas obras se habían iniciado el 10 de febrero de 1941- el que renuncie a la continuación de los trabajos alegando la falta de materiales y, todavía en el mes de agosto del año 1945, era evidente la escasez de materiales de construcción. En la sesión ordinaria celebrada el 28 de agosto de ese año se notificaba a la Junta de Obras la paralización de los trabajos en el Muro de Ribera (luego Paseo Marítimo) por falta de carbón para alimentar la máquina de vapor del tren de obras que traía la piedras desde la cantera de los Guijos.

En ese mismo sentido y a causa del embargo internacional a que estaba sometido el Gobierno Español, hay que situar la Orden de la Dirección de Puertos de 10 de febrero de 1944 por la que se comunicaba a la Comisión otra de Presidencia del Gobierno estableciendo normas para la restricción en el consumo de carburantes líquidos "para que, con su aplicación, los organismos oficiales limiten al mínimo sus necesidades de este orden para cooperar a la economía que las dificultades actuales imponen…"

El desarrollo de la Segunda Guerra Mundial en aguas del Mediterráneo y la proximidad de la estratégica base militar británica de Gibraltar al puerto de Algeciras, iba a implicar a esta institución, aunque de manera indirecta, en los combates navales que tuvieron lugar en la bahía de Algeciras en los años 1941 y 1942.

Desde el verano de 1940, el buque cisterna italiano "Olterra", de 4.995 toneladas, al que había sorprendido la declaración de guerra de Mussolini en aguas de la bahía, permaneció embarrancado cerca de la playa de Campamento-Puente Mayorga con parte de la tripulación de marinos mercantes en su interior. A principios del año 1942, la Marina Italiana decidió utilizarlo para llevar a cabo una misión secreta conocida con el nombre de Flotilla "Gran Oso". Con ese objetivo se procedió a su reflote y traslado al puerto de Algeciras donde quedó atracado en el muelle del Dique Norte. En los meses siguientes, una vez sustituida la dotación de marinos mercantes por oficiales y técnicos de la Armada Italiana, se realizaron trabajos de acondicionamiento con el fin de preparar al buque para que pudiera contener los famosos torpedos humanos conocidos como los "Maiali", abriendo una compuerta en su casco, bajo la línea de flotación, por la que saldrían, durante la noche, los torpedos tripulados. Éstos, que serían dirigidos por un grupo de marineros mandados por el teniente Licio Visentini, se dirigirían al puerto de Gibraltar donde, después de salvar la red antisubmarina y las cargas de profundidad antipersonal lanzadas por las patrulleras inglesas, harían estallar sus cargas junto a los cascos de navíos de guerra anclados en los muelles gibraltareños.

En la noche del 7 de diciembre de 1942, tres torpedos con su dotación salieron de la panza del "Olterra" con intervalos de una hora y navegaron en dirección al puerto de Gibraltar donde se hallaba, desde unos días antes, el grueso de la fuerza "H" con algunos grandes navíos como los acorazados "Nelson" y "Renown" y los portaaviones "Furious" y "Formidable".

Al principio navegaron en superficie y, en el último tramo, sumergidos hasta alcanzar los navíos enemigos. Debían colocar cargas explosivas en los cascos de los buques ingleses y, luego, retornar al "Olterra". Pero, fracasada la operación, algunos marinos resultaron muertos y otros fueron hechos prisioneros por los ingleses, aunque no delataron al barco nodriza atracado en el puerto algecireño, sino que lograron convencer a las autoridades británicas que habían llegado a la bahía a bordo del submarino "Ambra".

Antes de estar operativo el "Olterra" en el Dique Norte, en noviembre de 1941, torpedos tripulados traídos hasta la bahía de Algeciras por el submarino "Sciré", habían logrado alcanzar a algunos buques ingleses resguardados en el puerto gibraltareño.

En aquellos días de confrontación naval entre italianos y alemanes con las fuerzas aliadas, el puerto de Algeciras participó en la contienda, de una manera secreta, aunque, probablemente, sin el conocimiento de las autoridades civiles que integraban la Junta de Obras, pero con el decidido apoyo y la complicidad de las autoridades gubernamentales españolas, todavía cercanas al III Reich.

Antonio Torremocha. Doctor en Historia Medieval. Académico de número de la Academia Andaluza. Director del Museo de Algeciras (1995-2007)

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