Algeciras

Un icono pendiente de reparación

  • La situación de la Plaza Alta y de su fuente resultan preocupantes por su deterioro

  • El Ayuntamiento ultima un plan para la restauración de la fuente y la azulejería

Si un algecireño es preguntado por el punto más emblemático de su ciudad, es probable que responda que es la Plaza Alta. Situada en pleno centro y escoltada por la iglesia de Nuestra Señora de La Palma y la capilla de Europa, reúne todos los elementos posibles para ser el lugar icónico de la ciudad… si no fuese por el estado en que se encuentra.

La Plaza Alta, con ese nombre u otros, siempre ha sido uno de los lugares más destacados de Algeciras. Desde su repoblación en el siglo XVIII, el espacio frente a la iglesia de La Palma siempre ha estado dominado por una plaza. A lo largo del siglo XIX y, también, durante las primeras décadas del XX, en el medio, en lugar de una fuente, se erigía un obelisco, que terminó por ser demolido en los años 20 durante la alcaldía de Joaquín Bianchi Santacana. Su sucesor, Laureano Ortega Arquellada, ejecutó una remodelación sin actuar sobre el espacio central.

El aspecto actual de la plaza data de los años 30, cuando tras la llegada de Emilio Morilla Salinas a la alcaldía se realizó un proyecto de embellecimiento, con la construcción de la fuente y la incorporación de las cerámicas que todavía hoy vemos y que siguen siendo las originales exceptuando aquellas que hubo que cambiar por su mal estado. Las cerámicas fueron aportadas por Casa González de Triana y Cerámica Santa Ana.

Hoy en día, la cara que muestra la Plaza Alta y, especialmente la fuente, dista mucho de ser ideal. Por definición, ni siquiera es una fuente, ya que por ellas corre agua y hace tiempo que de las ranas que surten a la construcción no sale ni una gota. Tampoco su aspecto es el mejor. Está parcialmente rota, sin un trozo de su pileta exterior y con dos de sus tazas laterales con daños. Hace casi una década, en enero de 2008, una tercera se rompió cuando se desmontaba el alumbrado navideño. Aunque hoy sí se encuentra en buen estado, tardó varios años en ser restaurada. La fuente tampoco destaca por estar limpia. Entre los responsables de este estado están la sustitución de elementos por otros de menor calidad o el desgaste sufrido por la acción de las propias palomas que habitan la plaza.

La ciudadanía algecireña es consciente de su situación. Joaquín Cid, un vecino, afirma que el estado de la plaza es "el estado general de Algeciras. Se está descuidando. Está más fea". Quienes hace no tanto correteaban por allí también se han dado cuenta. Laureano de Grandi afirma que "venía de niño. Antes me gustaba más. Estaba más bonita y hasta había más palomas. Creo que debería limpiarse y volver el agua". Para Carmen Paz es la primera vez en Algeciras. Es una turista de Córdoba. No ve mal la fuente, solo que aunque "adorna, le faltan los detalles". Todos parecen desconocer que hay planes para restaurarla. Manuel Ruiz sí lo sabe y entiende que aunque "está dejada, no estamos hablando de ladrillos, sino de azulejos". Entre risas, comenta que estaría bien "un poco de agua para que puedan limpiarse las palomas".

En febrero de este mismo año, el Ayuntamiento presentó un plan de renovación, con el que no solo se buscaba reparar los desperfectos, sino también realizar una intervención completa en todas sus piezas. Se realizará en dos fases: una primera en la que se reparará la fontanería, financiado plenamente por el Consistorio, y una segunda de restauración de azulejería, que se realizará una vez acabe la anterior y será ejecutado por un restaurador de bienes culturales y un ceramista. Para financiar este segundo paso, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la Diputación de Cádiz, con la que, según la delegada de Cultura, Pilar Pintor, existe un acuerdo total a falta de firma. El Consistorio afirma que,aunque la fecha de inicio todavía no se conoce, los trabajos se van a realizar "sí o sí". Estos contarán con la ayuda de miembros de la Escuela de Arte de Algeciras.

La obra terminará con un periodo triste: ese en el que los algecireños miraban apenados a su plaza más carismática. Todos esperan que el momento llegue pronto.

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