análisis | retos del curso político

Un curso político para los proyectos de transformación urbana... y mucho más

  • Los próximos serán meses marcados por la rehabilitación de la zona baja y la de San Isidro

  • Finalizar la obra del colector y la construcción de la guardería de El Saladillo, una obligación

Arranca un curso político en el que Algeciras, el gobierno municipal del PP y el alcalde, José Ignacio Landaluce, tienen ante sí diferentes retos y asignaturas pendientes. Son actuaciones que competen a diversas materias. Tal vez lo más destacado sea el desarrollo de la transformación urbana que prometen los proyectos de La Caridad y San Isidro. Hay otros asuntos relevantes que completan el cuadro de temas por suceder y afrontar de los próximos meses.

Las intervenciones en la zona baja de la ciudad y en el barrio de San Isidro aspiran a cambiar el centro urbano ampliamente entendido.

El Ayuntamiento debe culminar la municipalización del transporte urbanoEl cumplimiento del derribo del parking Escalinata es el asunto más espinosoEl gobierno local tendría que disminuir el periodo medio de pago a los proveedores

En el caso del proyecto de La Caridad, financiado con fondos europeos, hasta el momento se han efectuado diversas iniciativas de revitalización de esta parte de la localidad, pero todavía ninguna una gran obra que dé mayor visibilidad a lo que se está preparando y haciendo. Probablemente esa gran obra, o al menos la primera, es la remodelación de la acera de la Marina y es un proyecto programado para este curso político.

La actuación quiere cambiar de forma radical la Marina y convertirla en un pórtico atractivo hacia la zona baja. Completará la intervención que realizó la Autoridad Portuaria al otro lado de la avenida Virgen del Carmen y se espera que sea un gran salto de imagen para el entorno del acceso central. La idea es que ese área de Algeciras -muy relevante, lo primero y lo último que ven los viajeros de la estación marítima- avance hacia un espacio urbano moderno con protagonismo del peatón.

El proyecto de la acera de la Marina tendría que empezar en octubre o noviembre y su plazo de ejecución es de un año. Se hará por fases, ya que afecta a un importante tramo de la avenida, entre Ojo del Muelle y el paseo del Río de la Miel. El presupuesto de las obras es de 835.000 euros.

El gobierno municipal también aspira a transformar la imagen de San Isidro, reforzarlo con una estética de tipismo acorde con su historia al tiempo que se mejoran los servicios urbanos del barrio. Ya se han llevado a cabo mejoras en diferentes tramos de varias calles. Por el momento son intervenciones que aún quedan algo inconexas. Es cuestión de tiempo y de que se vayan añadiendo nuevos trabajos en más tramos y calles de que la regeneración planteada por el Consistorio vaya tomando cuerpo y adquiriendo la imagen homógenea que persigue.

Uno de los retos del gobierno municipal para este curso político, por tanto, es conseguir ir sumando nuevos proyectos a la rehabilitación de San Isidro. La última actuación realizada hasta la fecha ha sido la renovación de un tramo de la calle Libertad y la idea del Ayuntamiento es en estos próximos meses poder acometer una de las fases más ambiciosas y que puede dar un gran salto de visibilidad al proyecto: el remozamiento del entorno de la plazoleta de San Isidro, el corazón del barrio.

Hay otros asuntos en materia de obras que también son relevantes. En este caso, más que retos, habría que calificarlos como asignaturas pendientes.

Una de ellas es la construcción de una nueva guardería en El Saladillo, una infraestructura educativa muy demandada en la zona sur y que arrastra años de retraso. A la espera de qué sucederá finalmente con la subvención que entregó la Junta de Andalucía para hacerla, lo cierto es que el proyecto ya se adjudicó y la empresa ha solicitado y recibido la licencia de obras. Es de esperar, en consecuencia, que los trabajos al fin puedan arrancar más pronto que tarde y que durante estos meses deje de ser un tema pendiente.

Otra obra muy destacada que debe acabar es la del colector de la Cuesta del Rayo. Los trabajos llevan ya más de un año paralizados. Desde hace meses se viene anticipando la próxima reanudación de esta intervención. Tras ser resuelto el contrato con la primera adjudicataria, los plazos anunciados indican que para ya tendría que salir a licitación la finalización de las intervenciones en la calle Jacinto Benavente. Es de esperar, por otra parte, que de forma paralela también se puedan producir avances en la siguiente fase de este proyecto, entre San Bernabé y Cuesta del Rayo.

Hay que aclarar que las obras de los colectores son responsabilidad de la sociedad Acuamed, del Ministerio de Medio Ambiente. José Ignacio Landaluce, sin embargo, ha empeñado mucho crédito e imagen en este proyecto, además de implicación municipal.

En cuanto a servicios, seguramente el gran reto de este curso político sea culminar con éxito la municipalización del transporte urbano. Es un asunto con no pocas aristas, que se precipitó tras solicitar la concesionaria, CTM-Grupo Ruiz, concurso voluntario de acreedores. Desde entonces el Ayuntamiento tiene intervenida la gestión de los autobuses urbanos y es el momento de que por fin se haga oficialmente con el servicio. De hecho para estas fechas es para cuando quería tener culminada la municipalización.

No es algo tan fácil como parece. Para empezar hay que hacerse con una flota de vehículos. A finales de agosto el gobierno local indicó que el Consistorio había realizado una oferta al administrador concursal para adquirir la maquinaria y los autobuses que se están utilizando ahora.

En materia económica, el objetivo del gobierno local del PP debe ser reducir el periodo medio de pago a proveedores, uno de los peores de España. En este pasado curso no solo no lo consiguió, sino que lo empeoró. Según los datos oficiales del Ministerio de Hacienda, el tiempo medio para pagar facturas pasó de septiembre de 2016 a mayo de 2017 (último mes de consulta disponible) de 356 días a 395 días. Eso sí, en ese periodo de tiempo, de acuerdo a los mismos datos del ministerio, el Consistorio sí logró disminuir la deuda comercial, de 38,3 millones a 33,2.

Es perentorio también para el gobierno municipal conseguir mantener, como ha hecho desde que llegó, la puntualidad en el cobro de las nóminas para los trabajadores municipales.

De los tribunales llega uno de los grandes quebraderos de cabeza que debe afrontar este curso el gobierno municipal. El cumplimiento de la sentencia de derribo del parking Escalinata, como es conocido, viene de años atrás, pero los caminos jurídicos que tomar para evitar tener que hacer frente al fallo se empiezan a agotar, si es que no lo están ya con el actual estado de cosas, y el Ayuntamiento tendrá que encarar cómo gestionar este espinoso asunto.

No son los descritos los únicos retos y asignaturas pendientes de los próximos meses, pero probablemente sí los más destacados. Por cierto que será una temporada en la que además José Ignacio Landaluce quizá vaya pensando ya en cómo conformar las listas de las próximas elecciones. Hay que tener en cuenta que, cuando termine este curso, ya se verán en lontananza, a menos de un año.

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