Algeciras

El colapso en la Aduana y en el PIF de Algeciras desvía tráfico a otros puertos

  • Las limitaciones de paso de los camiones por el escáner y la falta de personal generó esperas de hasta tres días en Semana Santa

  • La APBA y los transitarios denuncian la situación

Una trabajadora de Aduanas, ante mercancía incautada en el puerto de Algeciras.

Una trabajadora de Aduanas, ante mercancía incautada en el puerto de Algeciras. / andrés carrasco

El año pasado, el puerto de Algeciras registró el paso de 275.000 camiones cargados de mercancías con destino o procedentes del norte de África, una cifra que este año corre el riesgo de verse reducida de forma muy sensible a consecuencia del colapso que padecen el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF) y la Aduana.

Así lo denuncian tanto la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) como ATEIA, la asociación que aglutina a 38 empresarias transitarias que operan en los muelles algecireños.

Unos y otros achacan la situación a la falta de personal en ambos departamentos, que genera un cuello de botella especialmente visible en el escáner por donde deben pasar de forma obligatoria los vehículos marcados como sospechosos de transportar contenedores cuyo contenido o valor difiere del declarado oficialmente, bien para introducirlo en España de forma ilegal o para abonar menos aranceles.

¿Consecuencias? La primera y evidente son retrasos en el paso de las mercancías por Algeciras que pueden alcanzar hasta tres días, un plazo difícilmente asumible en el caso de los productos perecederos o de multinacionales textiles (en ambos casos, con proveedores marroquíes) en las que las operaciones logísticas funcionan, o deberían funcionar, como un reloj. Así ha ocurrido, por ejemplo, durante la pasada Semana Santa.

La segunda derivada es el desvío de parte del tráfico portuario hacia otros muelles, especialmente al vecino de Motril, cuyas instalaciones son más pequeñas que las de Algeciras, pero carentes de escáner, con lo que los transportistas evitan en gran parte el efecto embudo al limitarse la exhaustividad de las inspecciones.

Los datos del puerto granadino dan fe de su pujanza: en 2016 pasaron por sus instalaciones 3.500 camiones, cifra que el año pasado se incrementó más de un 400% hasta llegar a los 15.000. El pasado 4 de marzo, la naviera FRS batió su propio récord en la línea de mercancías que opera entre Motril y Tánger Med al transportar en una sola rotación 95 camiones, la práctica totalidad del espacio disponible por el buque Miramar Express en bodegas y cubierta.

En Algeciras, el paso medio estipulado de los camiones por el escáner se limita a cuatro cada hora y los fines de semana el servicio de Aduanas queda restringido en ocasiones a un único inspector. Y con el escáner parado. Los sindicatos con representación y trabajadores consultados por esta redacción corroboran la falta de medios tanto en Aduanas como en el PIF.

El departamento de Aduanas admite que falta personal en Algeciras, si bien atribuye el crecimiento de Motril a que este puerto supone para muchas empresas un ahorro en el caso de las mercancías que tienen como destino Andalucía oriental porque los camiones deben hacer menos kilómetros.

"El PIF y la Aduana son el corazón del puerto porque son los que marcan el ritmo de la actividad siete días a la semana", apunta de manera gráfica un responsable de la dirección del puerto, quien subraya que el tráfico de mercancías en Algeciras "es menos rehén de lo que cabe pensar", ya que los clientes buscan ante todo fiabilidad en los portes y cumplimiento de los plazos. Y así quedó demostrado con la huelga de la estiba, de la que se aprovechó Tánger-Med o destinios tan lejanos como Port Said (Egipto).

Al igual que ocurre con determinadas especialidades médicas en los hospitales públicos de la comarca, la falta de personal diestro en el manejo del escáner o para la tramitación burocrática de documentación, así como de veterinarios en el PIF, no es un hecho aislado. Fórmulas como las comisiones de servicio o la convocatoria extraordinaria de plazas son medidas puestas en marcha que, sin embargo, no acaban de solventar el problema por entero ni de forma definitiva. "No es una zona atractiva y determinadas plazas deben ser consideradas como puestos de difícil cobertura, con incentivos para sus titulares", se apunta desde el puerto.

Tanto la APBA como ATEIA han solicitado tanto de manera verbal como por escrito su protesta por las condiciones en las que opera el puerto de Algeciras pese a tratarse del primero de España en tráfico de mercancías -con más de cien millones de toneladas en 2016 y 2017- y de personas.

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